"Convertimos las casas en espacios de entrenamiento"
Un año especial. Yamila Garufi, coordinadora del Patín Lomas, contó la experiencia que les tocó vivir a chicos y chicas durante la pandemia y cómo salieron adelante.
El 2020 no será un año más en la vida de nadie. Cada uno debió acomodar su rutina y su vida diaria a los caprichos de una pandemia que interpeló a todos por igual y recién por estos días nos está permitiendo retomar una cierta normalidad.
En el ámbito deportivo, las escuelas municipales no estuvieron ajenas al tema y también debieron adecuarse. Como ocurrió con todas las disciplinas, la actividad se transportó a lo virtual y el Zoom se convirtió en una herramienta vital. La Escuela de Patín es un claro ejemplo de cómo se pudo trabajar y aggiornarse a las condiciones que había.
Yamila Garufi, coordinadora de la actividad, contó cuál fue la experiencia. "El año había arrancado súper arriba para todos porque teníamos muchos proyectos. La escuela era recreativa e iba a incorporar artistas competitivas para darle continuidad al crecimiento de los deportistas. Teníamos planeado participar en distintos torneos y entrenar mucho. Pero en marzo se detuvo todo y hubo que recalcular sobre la marcha", explicó la lomense.
Junto a Verónica López, también entrenadora de la Escuela, llevaron adelante las clases virtuales y fueron el sostén de un grupo de más de 50 alumnos y alumnas que continuaron entrenando con lo que tenían a mano en sus casas. "Al ser un deporte que precisa del patín, algunos no tenían y otros no podían utilizarlo por falta de espacio, entonces fuimos inventando alternativas a cada paso. Se armaban "pisos" de cartón que podían usar para hacer giros, o construían elementos deportivos con lo que encontraban: ladrillos, botellas, peluches, lo que sea servía. Algunos chicos llegaron a sacar la cama al patio durante una o dos horas para poder entrenar en su habitación. Convertimos las casas en espacios de entrenamiento. Fue tremendo el esfuerzo de cada uno y de las familias para acompañar en este proceso tan complicado", destacó Garufi, quien también es patinadora y se destacó en el Club Juventud Unida de Llavallol.
En septiembre volvieron a las clases presenciales con protocolos sanitarios a la par de una visita a los hogares de varias familias del deporte, en las que repartieron bolsones de alimentos y aprovecharon para tener un mínimo contacto presencial, respetando la distancia.
En su rol profesional, Yamila lleva tres años en la Escuela Municipal de Patín y se recibió de licenciada en psicomotricidad, una carrera con pocos representantes a nivel local. Desde ese lugar, comprende más en profundidad el proceso que debieron atravesar los chicos en esta etapa de trabajo a distancia y con tantos impedimentos. "Me preocupaba el estado físico, pero principalmente estuvimos atentos a la salud emocional y mental, que fue lo que más los afectó. Muchos chicos que sufrieron ataques de pánico o de ansiedad, se les dificultaba entender la situación, adaptarse. A nivel escolar, quizás era su obligación seguir con las clases virtuales, pero esto es distinto porque acá venían a distenderse. Entonces desde ese lugar, tratamos de que entrenar fuera como una conexión entre todos. Usábamos música, charlábamos, todo pensando en que fuera un ratito para ellos, que puedan elongar y hacer algunas cosas que tengan que ver con el deporte y que los ayude a sostener una rutina, que es tan importante en un contexto de encierro".
Y concluyó: "En algún punto, hacer deporte les permitió una posibilidad de salud física, emocional y mental, todo al mismo tiempo. Que no se angustiaran tanto y que sintieran que sus espacios seguían esperándolos para cuando se pudiera regresar presencialmente".