Inmigración, ferrocarril y tradición: la huella británica en Lomas de Zamora
historia. Muchos ingleses llegaron ligados al ferrocarril, aportando su experiencia técnica, clave para el desarrollo de las grandes inversiones británicas.
Al indagar en los orígenes de nuestras comunidades siempre se llega al mismo punto: la gran corriente inmigratoria que dio forma a nuestro país. En el caso de Lomas de Zamora, una parte importante de esa inmigración estuvo compuesta por hombres y mujeres que, hacia fines del siglo XIX, llegaron en barco desde Gran Bretaña.
En 1869, durante el primer Censo Nacional, Lomas era una zona eminentemente rural, con apenas 1.255 habitantes, de los cuales un tercio eran extranjeros, mayoritariamente franceses, italianos, ingleses, españoles y alemanes. La llegada del ferrocarril y la política de inmigración masiva impulsaron un fuerte crecimiento: en 1895 la población alcanzaba los 17.232 habitantes, y en 1914, los 59.874.
Temperley en particular, desde su fundación, recibió a numerosos inmigrantes británicos que, con su cultura y su trabajo, imprimieron características que aún perduran. Ingleses, escoceses, irlandeses y galeses tuvieron una participación destacada en el progreso de nuestro partido, desde los colonos escoceses que arribaron a Santa Catalina en 1826 junto a Parish Robertson, hasta los funcionarios del Ferrocarril Sud que instalaron sus casas quintas y luego se radicaron en forma definitiva.
Tras la independencia, Argentina no resultaba especialmente atractiva para los inmigrantes británicos, debido al idioma, las costumbres y la religión. Por eso, la construcción de iglesias propias fue una prioridad para ellos. Entre los británicos, los escoceses, con su espíritu austero y trabajador, se adaptaron particularmente bien a las labores rurales y muchos prosperaron como estancieros en Buenos Aires.
Muchos ingleses llegaron ligados al ferrocarril, aportando su experiencia técnica, clave para el desarrollo de las grandes inversiones británicas. Los irlandeses, en tanto, tras la hambruna que asoló su país, emigraron en masa y encontraron en Argentina un lugar para establecerse y prosperar.
La llegada del Ferrocarril Sud a Lomas en 1865, en una zona alta y arbolada, ofreció el entorno ideal para los inmigrantes británicos, que introdujeron sus quintas, su arquitectura y su estilo de vida. Con ellos, y junto a las colectividades española e italiana, fueron dando forma a la identidad de Banfield, Lomas y Temperley, una huella que aún se mantiene. ¡Hasta la semana que viene, amigos!