Confirmaron la condena a una policía de Llavallol por explotación sexual
GRAVE DENUNCIA. Formaba parte de una organización que se beneficiaba de mujeres cis y trans que ejercían la prostitución en Camino de Cintura.
La Corte Suprema dejó firme en forma definitiva la condena a una expolicía de Llavallol acusada de integrar una organización dedicada a la explotación sexual de mujeres cis y trans.
En abril de 2023, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº1 de La Plata había impuesto condenas de hasta 9 años de prisión para seis policías de la Comisaría 4ª de Lomas de Zamora y otros siete civiles, quienes cobraban una suma de dinero a mujeres a cambio de ejercer la prostitución en los lugares donde uno de los agentes las ubicaba, aprovechándose de su situación de vulnerabilidad.
Durante el juicio se probó que los hechos habían ocurrido entre febrero de 2015 y el 10 de marzo de 2017 en la zona de la Ruta Provincial N°4 (Camino de Cintura), entre la rotonda de Llavallol y la calle Seguí. Hubo 19 víctimas, sometidas por personal policial con capacidad de mando de la Comisaría de Llavallol.
El fallo fue ratificado por la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal en diciembre de 2024. Tras la nueva sentencia, una de las condenadas, Claudia Yamila Ferrando, presentó luego un recurso de queja ante la Corte Suprema, pero el mismo fue rechazado en los últimos días.
Los jueces Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti no convalidaron el planteo de la expolicía de Llavallol y confirmaron los cargos como coautora del delito de "explotación sexual agravado por el abuso de una situación de vulnerabilidad y por haber sido cometido en su carácter de funcionaria policial". De esta manera, confirmaron su condena a ocho años de prisión.
Consideraron que Ferrando fue responsable de la explotación sexuale de mujeres desde el 8 de marzo de 2016, cuando fue designada jefa del gabinete de prevención de la comisaría.
Según la causa, la expolicía llevaba el control de la recaudación del dinero de la explotación y tuvo en su poder de manera ilegal un revólver, una carabina 22 largo y 349 gramos de clorhidrato de cocaína, fraccionados en cientos de envoltorios.