Le firmó el documento a Diego, más tarde lo encontró y se abrazaron
RECUERDO. Roberto Codegoni, escribano lomense, conoció a Maradona cuando éste tenía 16 años y llegó al registro civil de Ingeniero Budge junto a sus papás. Fue por el reencuentro.
No todos tuvieron la oportunidad de ver en directo a Diego Maradona, tampoco de abrazarlo y menos de firmarle su documento. El escribano lomense Roberto Codegoni conoció al astro del fútbol cuando él tenía 16 años, todavía no era el Diez, pero brillaba en el potrero. Llegó junto a sus padres al Registro Civil de Budge para sacar su documento.
Codegoni, en ese momento, firmó el DNI como si fuera uno más de los cientos que hacía por día. Pero cuando Diego comenzó a ser conocido y se hablaba sobre sus inicios en un potrero de Fiorito, Codegoni supo que él había firmado su documento. En aquel entonces, Fiorito pertenecía al registro civil de Budge, que estaba en frente de lo que es hoy el Hospital Alende.
"Un día en un boliche, yo estaba con mi señora y él estaba con Claudia, le dije si tenía el documento encima, me preguntó para qué, y yo le dije que el documento suyo tenía mi firma. Ahí nos dimos un abrazo y nos saludamos", recordó el escribano. En ese momento, ya jugaba en Argentino Juniors.
Un día en un boliche, yo estaba con mi señora y él estaba con Claudia, le dije si tenía el documento encima, me preguntó para qué, y yo le dije que el documento suyo tenía mi firma.
Y agregó: "Una vez cuando fuimos a Nápoles, el estaba jugando allá, era como un Dios. Veníamos en un taxi al hotel y le conté al chofer la anécdota del registro civil y el taxista no nos quería llevar al hotel, quería que vayamos a contarlo a la radio".
Codegoni recordó que en las esquinas de Nápoles había altares con fotos de él, velas, flores. "Él vivía en una casa en las afueras de la ciudad y siempre había personas esperando para verlo, que lo saluden, él no podía ir a ningún lado, no podía moverse, lo seguían como un Dios", dijo.
"No puede haber ninguna duda de que nació en Fiorito", aclaró y destacó: "Conocimos la casita que levantó el padre con sus propias manos. Un hombre muy trabajador, era albañil, para que la gran cantidad de hermanos que tenía pudieran por lo menos comer. Tenían al lado una canchita donde él jugaba al fútbol, estaba ahí todo el día".
