El costado menos conocido de San Martín, en la lupa de una lomense
Lado B. El Libertador era un apasionado del arte. Silvina Surace, presidenta de la Asociación Sanmartiniana local, habló sobre el decreto que sacó para proteger a artistas callejeros.
Uno de los aspectos menos explorados y conocidos de la vida de San Martín es la gran pasión que tenía por el arte. La presidenta de la Asociación Sanmartiniana de Lomas, Silvina Surace, brindó detalles sobre la relación del Libertador con la música y el decreto que sacó para proteger a artistas callejeros.
"Era un artista que de chico fue instruido en dibujo, pintura y guitarra, un instrumento que lo acompañó toda su vida. Su profesor de guitarra era Fernando Sor, un compositor español muy reconocido de la época que decía que San Martín tenía grandes dotes en la guitarra, pero no los desarrolló ni manifestó como hubiese querido porque dedicó su vida a todo lo relacionado con lo militar", expresó Surace.
Era un artista que de chico fue instruido en dibujo, pintura y guitarra, un instrumento que lo acompañó toda su vida. Tenía grandes dotes en la guitarra pero no los desarrollo ni manifestó como hubiese querido porque dedicó su vida a todo lo relacionado con lo militar
En las tertulias solía entonar canciones como el Himno y bailar danzas tradicionales. "Era un gran bailarín que las damas se lo disputaban para bailar en los salones. Durante la gesta libertadora, él llevó el cuándo a Chile y en Perú contrató a una banda para que componga el himno", detalló Silvina, y agregó: "Además de un estudioso, consideraba que la música era muy importante para sus tropas y un aliciente para los soldados".
Como no tenía otra manera de escuchar música, en sus viajes se llevaba partituras y las interpretaba en su cabeza. "También jugaba al ajedrez con un soldado, quien descubrió que era muy bueno", agregó Surace, que da clases en el profesorado de Historia del Instituto Sáenz.
Como no tenía otra manera de escuchar música, en sus viajes se llevaba partituras y las interpretaba en su cabeza.
Además de contenidos sobre historia militar, el Padre de la Patria tenía una amplia variedad de libros de música, arte y arquitectura que sirvieron para la fundación de tres bibliotecas: la de Cuyo, Chile y Perú. Un aporte fundamental para la cultura latinoamericana.
APOYO A LOS ARTISTAS
Otra cosa que se sabe poco es que José de San Martín era un ferviente admirador del oficio y el arte teatral. Lo demostró con el Decreto 1529, que declaraba la protección y la libertad de los artistas.
"Era un protección especial para el trabajo y la vida de artistas callejeros que eran malvistos e incluso en muchos lugares no se les permitía ser enterrados en camposanto (cementerios). Sin embargo, los iban a ver al teatro lo cual era una dicotomía terrible", remarcó Silvina.
San Martín era un ferviente admirador del oficio y el arte teatral.
"El arte escénico no irroga infamia al que lo profesa. Todo individuo que se proporciona su subsistencia en cualquier arte que contribuye a la prosperidad ilustre del país en que se halla es digno de la consideración pública", expresaba el decreto.
Pintar abanicos también era considerado un arte menor, aunque todas las damas de la alta alcurnia querían tenerlos y lucirlos. "En una carta a su amigo Tomás Guido, San Martín le dice que si no hubiese sido militar, se hubiese ganado la vida siendo ilustrador de abanicos", contó la profesora.
LEGADO FAMILIAR
El tradicional cuadro de San Martín con la bandera argentina fue pintado por su hija Mercedes. "Estudió pintura y como, era amante de la técnica del retrato, ella lo convence al padre de tomarse el famoso cuadro que tanto conocemos porque no le gustaba que le hagan retratos ni que le tomen fotografías. Él le transmitió a su hija y nietas el amor por lo artístico", indicó Surace.