Los 110 años de "Amalia", el primer largometraje mudo nacional

Mundos personales . Basada en la novela homónima de Miguel Cané, se estrenó en diciembre de 1914 en las primeras experiencias del cine argentino. 

El afiche de Amalia

El afiche de Amalia.

El cine argentino, vapuleado injustamente por algunos sectores, tiene una rica historia y uno de sus hitos fundacionales fue en diciembre de 1914 cuando se estrenó "Amalia", el primer largometraje mudo nacional.

"Amalia", además de ser el primer largometraje argentino, es la primera novela argentina escrita en 1851 por José Mármol desde el exilio político en Montevideo, Uruguay. Apareció por entregas en el periódico La Semana y fue un gran alegato en contra de Juan Manuel Rosas por entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires. 

En 1914, el exitoso dramaturgo Enrique García Velloso decidió adaptar la obra literaria y llevarla al cine, una industria que comenzaba a florecer en el país. 

Célebre por sus especiales características, ya que fue protagonizado por los jóvenes de las familias más tradicionales de la ciudad y fue también el primer y seguramente último estrenado en el Teatro Colón.

Los actores amateurs le dieron ciertos matices naturalistas a una película cuya puesta en escena en los interiores es claramente teatral, mientras que resulta específicamente cinematográfica en cada uno de los exteriores filmados en las afueras de Buenos Aires.

 Los personajes fueron interpretados por Susana Larreta y Quintana (Amalia), Luis García Lawson (Eduardo), Jorge Quintana (Bello), José Miguens (Rosas), Raquel Aldado (Manuelita), Rodolfo Quesada Pacheco (Cuitiño) y Camilo Aldao (Corvalán), entre otros.

La novela se desarrolla preferentemente en Buenos Aires. Cronológicamente comienza el 4 de mayo y concluye el 5 de octubre de 1840, también conocido como "el año del terror".

La historia se sostiene y avanza sobre la relación sentimental de Eduardo y Amalia. El conflicto dramático, con su secuela de tensión y suspenso, surge de los peligros que acechan a la pareja como secuela de la situación política imperante bajo la "tiranía" de Rosas.

Convertida prematuramente en un clásico de la literatura nacional, "Amalia" influyó sobre otras novelas después de la Batalla de Caseros y contribuyó a crear ciertas ideas e imágenes respecto de Rosas y su época, que fueron reforzadas durante las tres primeras décadas del Siglo XX por el teatro, el cine y el radioteatro.

La iniciativa de filmar Amalia surgió de las integrantes de la Sociedad del Divino Rostro, una institución de beneficencia presidida por Angiolina Astengo de Mitre, nuera de Bartolomé Mitre.

 La idea no fue hacer cine, sino rodar un film con la única finalidad de reunir fondos. La entidad exigió que la historie fuera de "tinte romántico, sin grandes problemas pasionales, bien argentina y tradicionalista". Y la elección recayó en la novela de José Mármol.

Mientras que en 1936 Luis José Moglia Barth dirigió otra película basada en la misma novela, esta vez ya con sonido.

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