La casa de Villa Hipódromo que fue habitada por cinco generaciones
PATRIMONIO LOMENSE. La vivienda, que data de 1906, fue heredada a través de los años. El vecino Leonardo Leinhold, actual residente, contó la increíble historia.
Villa Hipódromo guarda secretos que merecen ser contados, como la historia de una casona que data de principios del siglo XX y que ya fue habitada por cinco generaciones de la misma familia. Leonardo Leinhold (43), quien actualmente ocupa la vivienda, habló con el Diario La Unión y contó cómo se construyó el solar y de qué manera llegó a sus manos y a la de sus hijos.
La vivienda fue construida en 1906 por el lomense Paulino "Jacinto" Gómez, un empleado del ferrocarril que compró el terreno ubicado en la calle Amero luego de haberse casado con Catalina Montanaro. Algunas décadas después, más precisamente en 1955, el fallecimiento de Gómez hizo que Catalina reciba en la casa la compañía de Olga Guidi, su sobrina política, y su marido Nilo Gasparini.
La vivienda fue construida en 1906 por el lomense Paulino "Jacinto" Gómez, un empleado del ferrocarril que compró el terreno ubicado en la calle Amero luego de haberse casado con Catalina Montanaro.
Olga y Nilo, abuelos de Leonardo, se instalaron en la vivienda y en 1956 tuvieron una hija como fruto de su amor: Stella Maris, madre de Leinhold, fue otra de las generaciones que habitó la casa de Villa Hipódromo.
"Los patios de esta casa vieron pasar distintos eventos y personalidades, entre las algarabías de casamientos, fiestas de 15 y cumpleaños a las tristezas de los familiares que debían velar a sus seres queridos. Catalina y mi abuela ofrecían el espacio sin ningún beneficio económico", reveló Leonardo, que inmediatamente agregó: "Estas paredes también vieron pasar, en varias oportunidades, a Oscar Alende y a Ricardo Balbín cuando formaban parte del mismo partido político".
Tras el fallecimiento de doña Catalina en 1976, Olga heredó el solar. "Mi abuela dejó este mundo en 2023: ella fue el ser más maravilloso que conocí y con el que tuve la suerte de coincidir en tiempo y espacio", dijo Leonardo, con profunda emoción en sus palabras.
"Las carreras de caballos que se llevaban a cabo en el hipódromo Lomas Jockey Club y los studs se podían ver desde el fondo de la casa. Tanto yo como mis hijos crecimos escuchando estas historias gracias a relatos de mi abuela sobre doña Catalina", dijo, y rápidamente contó que toda esa situación lo convirtió en un apasionado por la historia familiar, lo que lo llevó a ingresar en el Instituto Histórico Municipal de Lomas.
"Se puede decir que, desde 1906, la casa estuvo habitada de manera ininterrumpida por la misma familia. Primero fue la tía política de mi abuela, luego mis abuelos, después mi madre y ahora mis hijos y yo", repasó Leonardo, de manera cronológica.
Se puede decir que, desde 1906, la casa estuvo habitada de manera ininterrumpida por la misma familia. Primero fue la tía política de mi abuela, luego mis abuelos, después mi madre y ahora mis hijos y yo.
Es importante mencionar que, en estos 118 años, la casa sufrió modificaciones y remodelaciones, aunque parte de la galería mantiene su formato original, con los pisos y el techo de época. "Es una reliquia que tratamos de cuidar porque es parte de nuestra historia: nunca debemos olvidarnos del lugar donde venimos", finalizó.