Día del almacenero: "Al cliente hay que tratarlo como si fuera de la familia"
INDISPENSABLES. Daniela Pereira trabaja hace casi tres décadas en el rubro. Hoy realiza la labor con orgullo y cuenta cuáles son los secretos para brindar el mejor servicio.
Su labor en cada barrio es fundamental y, muchas veces, son los encargados de permitirles a los vecinos cuidar el bolsillo. Todos los 16 de septiembre se celebra el Día del almacenero en honor a trabajadores que, día a día, venden productos esenciales y también intentan sacarle una sonrisa al cliente. En Lomas, Daniela Pereira (42) trabaja junto a su familia en la Proveeduría Lomas y contó cómo es su labor en un rubro en el que ya está hace casi tres décadas.
"Trabajo en el rubro del almacén desde los 16 años por herencia familiar. El oficio lo aprendí gracias a mi abuelo y a mi papá, a quienes siempre admiré: ellos me enseñaron que a los clientes hay que tratarlos como si fueran parte de la familia", empezó a contar Daniela sobre su labor, la cual desempeña en la Proveeduría Lomas que está situada en Fonrouge 45, a metros de Alsina.
Trabajo en el rubro del almacén desde los 16 años por herencia familiar. El oficio lo aprendí gracias a mi abuelo y a mi papá, a quienes siempre admiré: ellos me enseñaron que a los clientes hay que tratarlos como si fueran parte de la familia.
"Mientras trabajaba en el negocio familiar pude estudiar gastronomía, una profesión que amo pero que todavía no tuve la suerte de ejercer. De todas maneras, la carrera me ayudó a complementar conceptos relacionados a mi trabajo y gracias a ello pude mejorar en varios aspectos", acotó Daniela, quien comparte su labor diaria junto a su familia (padre, madre y hermano) y varios compañeros, algunos de ellos con más de 30 años de antigüedad.
Pereira admitió que uno de los secretos de su rubro es conocer a la perfección los productos que se ponen a la venta, un detalle que aprendió gracias a sus antepasados. "La calidez humana a la hora de la atención también es fundamental ya que uno convive en el día a día con el cliente. Hay que ser respetuoso porque ese detalle puede ser excluyente a la hora de que el vecino elija en qué almacén hacer las compras", opinó.
La calidez humana a la hora de la atención también es fundamental ya que uno convive en el día a día con el cliente. Hay que ser respetuoso porque ese detalle puede ser excluyente a la hora de que el vecino elija en qué almacén hacer las compras.
Al ser consultada la situación económica actual que se puede palpar en las calles y el barrio, Pereira fue sincera y admitió que "es compleja" y que incluso las compras de los clientes cambiaron radicalmente: "La mayoría sigue buscando comprar calidad al mejor precio, pero se limita a llevar lo justo y necesario".
En ese sentido, los almacenes de los barrios tienen el desafío de intentar colaborar con el vecino al brindarles el mejor precio posible, sobre todo en productos de uso diario. "Disfruto de trabajar en la en la proveeduría porque me da un sentido de pertenencia con el lugar. Sé que voy a estar para lo que el cliente necesite", cerró Daniela.
Cabe resaltar que el Día del Almacenero fue implementado por el Centro de Almaceneros con el objetivo de reconocer el protagonismo esencial que tienen los trabajadores de este rubro en la sociedad.