Los Andes es el campeón del Apertura: la cinco claves del éxito
Análisis. El Mílrayitas fue un sólido equipo, firme en todas sus líneas, con un goleador letal y varios puntos alto. La construcción de un logro que invita a soñar a todo Lomas.
A fuerza de victorias, Los Andes construyó una gran campaña en el Torneo Apertura de la Primera B y fue un justo campeón. Lo dicen los 14 triunfos que sumó en 21 encuentros, también la seguidilla de siete halagos en fila para sostener la ventaja ante un duro Colegiales, que nunca le perdió pisada, y sobre todo la efectividad que tuvo el equipo en el semestre: obtuvo el 73,01% de los puntos en juego. En resumen, un campeón con todas las letras.
El elenco de Fernando Ruiz creció con el correr de los partidos, superó las diferentes piedras que se le presentaron en el camino y en la recta final mostró su mejor cara: un equipo sólido, firme en defensa, con un mediocampo que fue el termómetro en la cancha y un ataque, letal y contundente, que aprovechó cada oportunidad que tuvo.
Con estas armas, Los Andes se animó a soñar y edificó una merecida consagración en el primer torneo de la temporada que lo deposita en la final por el ascenso a la Primera Nacional. Eso sí, si repite en el Torneo Clausura que arranca la semana que viene, ascenderá directamente.
Todo esto se construyó a fuerza de trabajo y constancia, pero en el camino recorrido hubo cinco claves que le permitieron festejar tras la sufrida victoria por 3-2 ante Cañuelas en el estadio Eduardo Gallardón.
UN CAMBIO A TIEMPO. El Milrayitas, en el peor partido del semestre, encontró el esquema que mejor le sentó al plantel y desde ahí, a fuerza de sólidas actuaciones, enderezó el andar que lo llevó al título. Y ese partido fue ante San Carlos, en la mitad del semestre, cuando el equipo la había pasado mal en los primeros minutos y perdía por 2-0. En ese momento, antes de terminar el primer tiempo, Fernando Ruiz puso a Guido Segalerba en lugar de Gastón Gerzel para jugar con un 3-4-1-2 y la mejoría se vio rápidamente, a tal punto que nunca más cambió. Si bien hubo retoques de intérpretes en las fechas siguientes, el dibujo se sostuvo y eso le dio una gran solidez, mayor explosión por las bandas y más manejo en la mitad. Y los números son concreto: desde ahí, nueve victorias, un empate y una derrota.
UNA COLUMNA VERTEBRAL, FIRME COMO EL ACERO. El equipo de Lomas se sostuvo, en muchos partidos, por la seguridad de sus jugadores más experimentados. Sebastián López, uno de los máximos referentes, tuvo un semestre sobresaliente y fue figura en muchos partidos, ya que en 12 se fue con la valla en cero. En eso también fue responsable la línea de defensiva, que creció con el correr de los partidos y más allá de las complicaciones con las lesiones, redondearon un gran semestre, con puntos altos en los últimos partidos. En el medio, Leonardo López y Franco Rodríguez fueron el termómetro, marcaron el ritmo del equipo a lo largo del torneo y también aportaron goles importantes. Y arriba, el poder de gol de Manuel Brondo, la garra de Federico Martínez y el buen bien de Lautaro Torres, más el de Axel Páez, entre otros, se hicieron sentir.
UN PLANTEL SIN FISURAS. Si hay algo que marca a este equipo de Ruiz es la importancia que tuvieron todos los futbolistas en la obtención del título. Es que si bien había una estructura que poco cambiaba, todos los futbolistas tuvieron su momento y aportaron lo suyo. Y ahí aparecen los nombres de Lucas Barrientos, titular en un momento crucial del semestre y el pibe del club respondió con creces, lo mismo que Facundo Villarreal, que tuvo un gran comienzo de año pero una lesión marginó del equipo durante varias semanas y recién ahora está reapareciendo, y Taiel Arancibia, importante sumando minutos desde el banco de suplentes. A Matías González una lesión le impidió jugar durante gran parte del torneo, pero este lunes mostró todo su potencial y fue clave en la remontada ante Cañuelas.
UN GOLEADOR LETAL. Manuel Brondo tuvo un gran semestre y sus siete goles fueron claves en la consagración del Milrayitas, pero hay un dato resalta lo hecho por el pibe que llegó a préstamo desde Argentinos Juniors: convirtió seis goles en los últimos ocho partidos, siempre con tantos importantes, ya sea para abrir el marcador o para darle los tres puntos. ¿Los más emblemáticos? El que marcó de manera agónica ante San Martín de Burzaco para el 2-1 final y el último, el de este lunes para dar vuelta el partido ante Cañuelas.
UNA RECTA FINAL IMPECABLE. Los Andes festejó el título porque, después de la derrota ante Dock Sud, se convirtió en una máquina de ganar. Es lo que necesitaba para pelear por el título después de ese traspié y lo logró con autoridad. Después de ese partido por la fecha 12, el equipo no perdió más y cosechó ocho triunfos y un empate, con una eficacia terrible del 92,5% de los puntos en juego para poder gritar campeón del Torneo Apertura.