A pura solidaridad, Temperley celebra sus 108 años de vida
¡Feliz cumple!. El club de Turdera festeja hoy un nuevo aniversario de su nacimiento y lo hace en un año en el que las acciones solidarias estuvieron muy presentes.
En un año atravesado por la pandemia del Coronavirus, Temperley celebra este domingo sus 108 años de vida en un 2020 atípico, que lo obligó a tener sus puertas cerradas durante meses, sin la vida que supo recuperar en los últimos años y en el que sacó a relucir su costado más solidario, dando una mano a los más necesitados por las complicaciones que trajo este virus en todo el mundo.
La historia de Temperley siempre estuvo vinculada a la sociedad, supo cómo resurgir de las cenizas tras la quiebra, y en el camino a este nuevo cumpleaños, y sin la posibilidad mantener en acción a todas las actividades deportivas que se concentran en el club, cedió sus instalaciones para albergar a personas en situación de calle. Y a todo eso le puso corazón y amor, el mismo que pusieron para levantar la quiebra a principio de la década del 90, los hinchas y trabajadores de club se arremangaron las manos y trabajaron en conjunto con la ONG No Seas Pavote.
También pusieron una olla popular en la puerta de la sede social de la calle 9 de Julio 360 y durante meses, con la ayuda de toda familia gasolera (y también de hinchas de Los Andes), se encargaron de darle un plato de comida caliente a las personas más necesitadas para que, frente a este contexto, dejar en claro el rol clave que tiene una institución deportiva.
Pero su ayuda no se detuvo ahí. Su costado solidario abarco diferentes áreas y así, a lo largo del 2020, se mostraron muy cerca de su comunidad. Y eso es lo que hicieron desde el Departamento de Género y Diversidad, que sigue recolectando productos de gestión menstrual para armar kits y entregarlos a diferentes entidades, como así también con el Departamento de Derechos Humanos, que junto a sus pares de Los Andes y Banfield, realizaron una colecta importante de diferentes elementos para colaborar con el Hospital Esteves.
A todo esto se le suma el trabajo que hicieron todos sus deportistas en estos meses en los que no podían pisar ni la sede social ni el estadio Alfredo Beranger. Desde los jugadores del plantel profesional, que trabajaron varios meses por zoom y hace un más de un mes volvieron al césped, pasando por los deportistas amateurs que defienden los colores del club en alrededor de 20 disciplinas y no frenaron su actividad, todos hicieron su aporte para que, a pesar la distancia, la pasión no se detenga.
Y en medio de este contexto, con la solidaridad en su máxima expresión y ante la imposibilidad de encontrarse en su casa, el estadio Alfredo Beranger, el Gasolero demuestra que está más vivo que nunca, con una actividad que no se detiene, y así celebra un nuevo año de vida.