Crimen del empresario: tratan de reconstruir los últimos minutos de "Lechuga"
NUEVAS PERICIAS. El celular de la víctima se activó por última vez en un campo de General Rodríguez, donde se reunió con dos personas que declararon como testigos.
Las tareas en busca de esclarecer el crimen del empresario Fernando Pérez Algaba, asesinado y descuartizado en el marco de un presunto ajuste de cuentas vinculado a una deuda de dinero, giran en torno a la reconstrucción de los últimos minutos de vida de la víctima.
Para ello, el fiscal de la UFI 5 de Lomas de Zamora, Marcelo Domínguez, trata de obtener información sobre los últimos movimiento de "Lechuga" y sus últimas comunicaciones, por medio de los peritajes de una computadora y un Ipad que eran de su propiedad, informaron fuentes oficiales.
Hasta ahora, las autoridades a cargo de la causa determinaron que Pérez Algaba fue visto por última vez en un campo de General Rodríguez que fue inspeccionado en las últimas horas, aunque sin resultados positivos.
Allí, Pérez Algaba mantuvo un encuentro el 18 de julio pasado con Nahuel Vargas y con Maximiliano Pilepich, un hombre vinculado al rubro de la construcción que le había prestado la camioneta Range Rover Evoque blanca. De acuerdo a la declaración de Vargas y Pelipech, ambos se encontraron con Pérez Algaba cerca de las 17.30 o 18 de ese martes 18 de julio para terminar de saldar una deuda de US$150 mil que habían contraído con él.
Ante el fiscal Domínguez, los dos coincidieron en que "Lechuga" concurrió a bordo de esa camioneta hasta General Rodríguez, donde se encontró con Vargas y con Pilepich, que lo aguardaban en otro auto.
Allí, Pérez Algaba habría recibido US$60 mil de esa deuda, los otros US$90 mil ya se los habían pagado en una escribanía de Castelar, y, tras ello, le devolvió la camioneta a Pilepich, que se retiró con Vargas del lugar, uno en cada vehículo.
A partir de entonces, se perdió el rastro con vida de la víctima, que le habría manifestado a los testigos que se quedaría esperando que alguien lo pasara a buscar, y cuyo teléfono se activó allí por última vez.
La apertura de los dispositivos electrónicos estará a cargo de la Policía de la Ciudad, luego de que la pericia no lograra realizarse en la Policía Federal Argentina (PFA) por cuestiones técnicas.
La computadora Mac book pro y el Ipad, ambos de la empresa Apple, propiedad del empresario que se dedicaba a la compra venta de vehículos de alta gama y que tras la pandemia se había volcado al negocio de las criptomonedas, fueron secuestrados del departamento que alquiló de manera temporaria en la localidad de Castelar, cuando llegó desde Barcelona, y donde se iba a hospedar hasta el 19 de julio, un día después de su desaparición.