Amor por los animales: junta tapitas para colaborar con refugios lomenses
TIENE 18 AÑOS. La adolescente invitó a los vecinos a juntar y donar tapitas que sirven para generar un ingreso económico a las organizaciones que rescatan animales.
Stefanía Verón es una adolescente de 18 años que se considera una amante de los animales, tal es así que a su corta edad decidió emprender un proyecto para ayudar a distintos refugios, dos de ellos ubicados en Lomas: incentiva y motiva a los vecinos a juntar y donar tapitas, que luego son vendidas y generan un recurso económico para las organizaciones voluntarias que velan por la salud de las mascotas.
"Todo empezó en la escuela. En 2022, mientras cursaba mi último año de secundaria, la materia tutoría nos propuso hacer un proyecto y elegimos como temática el maltrato animal, donde juntamos tapitas para donarlas a un refugio", contó Stefanía, de Lugano.
Lo cierto es que la adolescente decidió seguir por su cuenta con la recolección de tapitas, pero al tiempo desistió de la tarea. "Un día volví a ver una tapita de plástico y me puse a investigar para qué les servían a los refugios. Yo amo a los animales, pero no siempre tengo plata para poder donar dinero, entonces ahí entendí la importancia de juntar tapitas", recalcó.
Un día volví a ver una tapita de plástico y me puse a investigar para qué les servían a los refugios. Yo amo a los animales, pero no siempre tengo plata para poder donar dinero, entonces ahí entendí la importancia de juntar tapitas.
Cualquier tapita que sea de plástico sirve como granito de arena para ayudar a los refugios de animales. Stefanía ayuda a siete organizaciones y dos de ellas se encuentran en Lomas: Caballos Libres del Sur y el Refugio San Nicolás. "Cada refugio suele tener contacto con recicladores, a quienes les venden las tapitas. Con ese dinero, sumado a donaciones de vecinos, pueden comprar alimentos o usarlo para gastos de los veterinarios", contó Stefanía.
"Me suelo contactar con refugios y les consulto si reciben tapitas porque me interesa ayudar", dijo, y rápidamente invitó a todos los vecinos a sumarse a la movida, ya sea acercándole la donación de tapitas o mismo incentivándolos a que sean ellos mismos los que tengan contacto directo con las organizaciones que ayudan con gran esfuerzo a los animales, ya que "a mí hay muchas localidades que me quedan lejos".
Cada refugio suele tener contacto con recicladores, a quienes les venden las tapitas. Con ese dinero, sumado a donaciones de vecinos, pueden comprar alimentos o usarlo para gastos de los veterinarios.
"Un proyecto que te salga del alma lo hacés porque te gusta, es hermoso ver a la gente agradecida y contenta. Cuando te vas a dormir, apoyás la cabeza en la almohada y te sentís muy útil", cerró, emocionada.
Los vecinos que quieran colaborar con la causa que lleva a cabo Stefanía pueden mandarle un mensaje directo en Instagram, donde también sube publicaciones donde muestra su acción solidaria.