La odisea de un lomense en Panamá: se hundió su barco y quedó varado

PERDIÓ TODO. Recorrió América en moto y estaba de regreso en una embarcación. Casi termina en tragedia. El mar se llevó todas sus pertenencias.

Emilio recorrió América en su moto y naufragó cuando regresaba a Argentina

Emilio recorrió América en su moto y naufragó cuando regresaba a Argentina.

Emilio Mendoza es escritor y profesor de historia en Lomas de Zamora. Hace cuatro años empezó con el desafío de recorrer Latinoamérica en moto, llegó hasta México y este fin de semana se disponía a regresar a Argentina. Sin embargo, el viaje se interrumpió con un terrible incidente que casi le cuesta la vida: el barco en el que navegaba se hundió con todas sus pertenencias y él quedó varado en Panamá.

El objetivo de Emilio era buscar historias y experiencias educativas distintas que puedan ayudarlo en la práctica docente. De ser posible, la idea era implementar esos modelos en el sistema educativo en general. Tras un largo recorrido, emprendió la vuelta en su moto RVM Tekken 250 hasta que llegó a Panamá, donde ya no había más ruta para circular. Fue así como el profesor optó por subirse a una embarcación junto con la moto para poder llegar a Colombia. Nunca imaginó la odisea que estaba por vivir.

"Salimos el viernes. El primer día fue muy bueno, no había oleaje. El segundo día, una vez que salimos de la zona de arrecifes, las olas empezaron a crecer, a golpear fuerte y a tirar agua adentro de la embarcación. La cosa se empezó a poner fea", detalló Emilio en charla con La Unión. En aquel momento, llegó a mandarle imágenes a su familia para avisarles lo que estaba pasando.

El ingreso del agua hizo que dejaran de funcionar los motores del barco. El capitán Samuel Galeano se acordó demasiado tarde de revisar la bomba. "Después de media hora el capitán se da cuenta que la manguera que sacaba el agua se había caído adentro de la embarcación. Íbamos cargando agua y él lo notó porque estaba mucho más hundida la embarcación, que ya de por sí estaba sobrecargada y nadie controló eso", cuestionó Mendoza, y señaló que "la avaricia del capitán" los arrastró a un desenlace que casi termina en tragedia.

Con los dos motores sin funcionar, el barco quedó a la deriva enfrentando olas de seis metros de altura. No pasó mucho tiempo para que la embarcación sufriera un nuevo golpe que la dejó inclinada hacia un costado. Ya no había nada que hacer. Se hundían. E increíblemente, nadie se hacía cargo.

"El capitán le dijo a su ayudante 'vení para acá, mandá un mensaje y avisá que nos hundimos'. Fue un shock bastante fuerte. Ni siquiera tuvo la predisposición de avisarnos, yo escuché que dijo eso. Justo el chico tenía señal y alcanzó a avisar por WhatsApp. La embarcación no tenía radio, el capitán no usaba tabla de mareas ni ningún tupo de asistencia que nos podría haber prevenido de esto", se quejó Emilio.

Los tripulantes no tuvieron otra alternativa que saltar hacia el mar e intentar mantenerse a flote hasta que fueran a rescatarlos. El barco se hundió lentamente con todas sus pertenencias, incluida la moto del profesor lomense. "Estuvimos una hora nadando, flotando agarrados a unas cajas de pollo. Los primeros 40 minutos, con oleaje fuerte. Cuando empezó la rompiente estuvimos como 20 minutos pasándola bastante mal", recordó.

Afortunadamente, Emilio y la tripulación estaban a un kilómetro y medio de la costa y llegaron a ser vistos por la comunidad indígena Maguebgandi de la comarca Kuna Yala, una de las más grandes de Panamá, que acudió de inmediato a salvarlos. "Nos rescataron en una embarcación, nos llevaron a la costa y pasamos todo el día ahí. Por la noche vinieron las autoridades panameñas y nos empezaron a hacer el traslado a tierra firme", contó el docente.

Ahora Emilio se encuentra en Panamá tratando de resolver su regreso con la embajada argentina. En el naufragio perdió toda la documentación. "Mi moto está en el fondo del mar con toda mis pertenencias y yo me quedé acá en Panamá con lo puesto y con la vida, que no es poco", señaló.

La comunidad indígena que lo rescató del mar le dijo a Emilio que intentarán sacar su moto del agua, ya que ellos tienen una capacidad especial para bucear. Eso lo impulsó a quedarse unos días más para ver si puede recuperar el vehículo que lo acompañó en esta larga travesía por toda Latinoamérica. "Tienen una capacidad pulmonar muy grande y pueden bucear mucho tiempo sin aparatos de oxígeno. Me dicen que quieren ayudarnos y que se van a meter a rescatar los motores y la moto. Hay una posibilidad, el tema es ver en qué condiciones sale de abajo. Será un trabajo muy arduo ponerla de nuevo en funcionamiento", explicó.

Si bien la embajada se ocupa de asistirlo, muchos gastos se salieron del presupuesto de Emilio. Quienes quieran ayudarlo pueden enviar una colaboración a la cuenta con CBU 0140097703503852128638, a nombre de Emilio Miguel Mendoza.

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