Gerardo Rozín, el continuador de Juan Alberto Badía
en primera persona. El periodista rosarino tomó la posta de su predecesor y volvió a poner a la música en vivo en la televisión argentina.
"Soy como un Badía sin talento. En realidad yo me siento más cercano a Juan Carlos Mareco, de quien era fanático y lo considero mi referente", había dicho Gerardo Rozín en una entrevista, apelando a la falsa modestia.
De todos modos, la recurrente comparación con Badía se sostenía porque el rosarino en "La Peña de Morfi" había recuperado a la música en vivo en la televisión argentina, que prácticamente había perdido el lugar de esplendor que supo tener en otros tiempos.
En las seis temporadas que estuvo al frente de "La Peña" desfilaron por el ciclo los músicos más importantes de la escena argentina, en una lista interminable que incluye a Jairo, Fito Páez, Lito Vitale, Juan Carlos Baglietto, Soledad, Sandra Mihanomich, Alejandro Lerner, Fabiana Cantilo, Hilda Lizarazu, Los Nocheros, Valeria Lynch, Marcela Morelo, Abel Pintos, Nahuel Penissi, Pedro Aznar, David Lebón y tantísimos otros.
También hubo figuras internacionales de enorme calibre, como Joan Manuel Serrat, y además les hizo un lugar a artistas emergentes y poco conocidos por el gran público.
Fue generoso para invitar a los músicos que tenían que promocionar sus próximas presentaciones, pero no se quedaba en el "chivo" y aprovecha a cada uno de los invitados para desempolvar su faceta de entrevistador.
Apenas conocida su muerte, un tendal de músicos expresó su dolor en las redes sociales y en los medios, y también manifestaron su sincero agradecimiento al conductor.
Además, cada uno de los artistas que desfiló en su ciclo de Telefe contó con las mejores condiciones técnicas y sin caer en la penosa versión del "Play Back", tantas veces utilizado en la televisión argentina.
"Que hubiera música en vivo fue un lío para todo el mundo pero terminó siendo muy bueno para los músicos y para la gente del canal implicó mostrar que se puede montar un show con un buen sonido. En definitiva fue muy motivador para todos", contó en una vieja entrevista.
Antes del inicio de la pandemia de coronavirus, cuando "La Peña" preparaba su quinta temporada, Rozín arriesgó que el suceso del espacio se debía a que "se trata de una mezcla y que nos lo tomamos en serio. Hay compromiso con el trabajo. Todo está muy laburado y es muy divertido. Y, en el plano musical, siempre intentamos sorprender. Hay una profunda búsqueda por la excelencia".
Rozín era un melómano y no disimulaba su pasión por la música. Tampoco intentaba disimilar su emoción que le despertaban algunas canciones que sonaban en "La Peña", es especial las que le despertaban viejos recuerdos de su rosario natal.
El mismo dijo que el presentador de música y el animador jovial le fue ganando la pulseada al periodista, aunque nunca dejó de lado su primer oficio.
Dueño de una particular simpatía como uno de sus plus para entrevistar personalidades, a los que podía llegar a sacar anécdotas con alto contenido afectivo, Rozín se ganó un lugar preponderante en la televisión en las últimas décadas principalmente por una de sus principales virtudes: la de devolver a la música en vivo a la televisión.