De París a Lomas de Zamora 

De puño y letra. En pocos días, Lionel Messi armó las valijas y se fue para Paris. Aprovechando esta noticia me gustaría pasar a una historia de las nuestras, pero conectada a Francia y su influencia en nuestro municipio.  

Lo que nunca pensamos ver se va a convertir en una realidad. En pocos días Lionel Messi se pondrá por primera vez una camiseta diferente a la del Barcelona (y la Selección Argentina, claro). Obligado porque no le permitieron renovar en el club de toda su vida, el astro del fútbol mundial armó las valijas y se fue para Paris. La noticia frenó al mundo y puso la atención de todos en Francia, un país que hoy es una potencia indudable en el fútbol. Son los campeones mundiales, y tienen a un PSG lleno de cracks como ningún otro equipo. Qué espectáculo va a ser ver a Leo tirando paredes con Neymar y Mbappé... 

Aprovechando esta noticia me gustaría pasar a una historia de las nuestras, pero conectada a Francia y su influencia en nuestro municipio.  

Difícil escribir sobre la inmigración francesa en Lomas de Zamora sin empezar por la historia de Juan Pereuilh. Nacido en Navarré du Pau, en los Bajos Pirineos, llegó de joven a la Argentina para trabajar en el Ferrocarril del Sud. Ingresó en 1868 como peón y en poco tiempo ascendió a capataz. Desde 1871 hasta 1877 fue jefe de estación honorario de Temperley. En 1876 el director general de Correos, Eduardo Olivera, lo nombró encargado de la estafeta de la Estación de Temperley.  

Pereuilh volvió a Francia para casarse. Tuvo dos hijos, Andrés y Esteban. Al volver a nuestro país, lo hizo acompañado: se trajo a varios compatriotas especializados en distintos oficios, especialmente la construcción, y los puso a trabajar. En 1884, por ejemplo, edificó en Avellaneda y Meeks un hotel y al año siguiente incorporó la venta de materiales para la construcción, utilizando un galón al que luego le anexó un aserradero. Utilizaba también como depósito la playa de cargas del ferrocarril, hoy la Plaza Espora. 

Los inmigrantes franceses fueron edificando sus casas en la zona comprendida entre la avenida Almirante Brown y Colón, desde Juncal hasta Pasco. En esa pequeña Francia estaba la reconocida panadería "La Marsellesa". Los franceses de Temperley se reunían en el almacén de madera que estaba en la calle Ituzaingó, frente al club Lawn Tennis, que pertenecía a un tal Aussenac. Se quedaban comiendo, bebiendo y cantando canciones de su tierra natal. 

El arquitecto Juan Moliné, otro heredero francés, construyó a principios del siglo pasado la quinta Santa Gertrudis, en la calle Esmeralda 885, de estilo art nouveau, rodeada de un parque encantado. Actualmente en el lugar funciona la residencia geriátrica "Las Camelias". Además, fue significativa la llegada de los ingenieros que ayudaron a construir el ejido urbano de Temperley y de los que viviendo en la ciudad de Buenos Aires tenían sus quintas de veraneo en Lomas. Ahora sí, me despido hasta la semana que viene. ¡Chau, queridos amigos de La Unión!

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