La CGT quedó al borde de la ruptura
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Los triunviros Carlos Acuña y Héctor Daer se cruzaron duro y expusieron sus diferencias.
La fractura de la CGT parecería estar cada vez más cerca de concretarse. Los jefes de la central ya no esconden sus diferencias y, luego de una semana caliente, este domingo salieron a lanzarse pases de factura debido a la falta de cohesión interna, en uno de los momentos de mayor tensión entre el sindicalismo y la Casa Rosada.
El primero que pateó el tablero fue Carlos Acuña. El triunviro le pegó duro a su par Héctor Daer por ausentarse de la última reunión del Consejo Directivo de la CGT realizada esta semana y criticar abiertamente la marcha de Camioneros del próximo 22 de febrero.
“Algunos dirigentes se creen que son artistas de la televisión. Faltan al Concejo Directivo y van a hablar mal de la CGT a la tele. Responden a otros intereses, antes le decían carneros”, disparó el secretario del Sindicato de Obreros y Empleados de Estaciones de Servicios.
El cruce no terminó ahí y Acuña se desquitó con Daer. “Que él haga lo que quiera, si lo pusieron para defender a los trabajadores no puede estar al lado de los patrones”, apuntó.
“La CGT no se puede partir, pero si esta conducción no puede garantizar la unidad, hay que poner fecha”, insistió Daer, dejando la puerta abierta a la disolución de la central tal cual existe hoy.
Más tarde, el líder de los trabajadores de la sanidad salió a contestarle e intentó poner paños fríos a la situación “Acuña hizo adjetivaciones que nada que ver, si hay algo que defiendo a ultranza son los convenios colectivos de trabajo. Jamás diría que un miembro del movimiento obrero defiende a los patrones”, remarcó.
El referente de “los Gordos” en el triunvirato admitió que, aunque conviene conservarla, si la unidad no existe en los hechos, hay que ocuparse, convocar a un congreso de la CGT y corregir el rumbo. Incluso arriesgó una fecha, pero lejana.
“La CGT no se puede partir, pero si esta conducción no puede garantizar la unidad, hay que poner fecha”, insistió, dejando la puerta abierta a la disolución de la central tal cual existe