Lomas: la familia Heguiabehere y los vitrales como forma de vida

ARTISTA DE UNA OBRA EN LA CATEDRAL local.

Sebastián se dedica al vitraux y adoptó su pasión gracias a su padre. Trabaja los vidrios para fabricar o reconstruir piezas en zona Sur.

Los Heguiabehere son una familia lomense apasionada por los vitrales y es una de las responsables de crear nuevas obras de arte que decoran las ciudades y de reacondicionar en su taller varias otras que se encuentran ubicadas en catedrales, parroquias e iglesias. Sebastián heredó el entusiasmo de su padre y continúa con la labor, llevando sus manualidades a varias localidades de zona Sur.

“El vitral pintado como arte comienza en Alemania hace aproximadamente mil años, con un Cristo como figura. Las técnicas que se usaban por entonces son las mismas que hoy en día: óxido sobre vidrio, la mayoría de color, para darle volumen y líneas”, explicó desde el principio Sebastián Heguiabehere, vitralista, sobre los comienzos de la actividad, para luego agregar que la época que más le gusta es la de Mayer y el estilo Munich, con obras exportadas a todo el mundo, que tuvo lugar entre 1890 y 1920.

Al recordar sus comienzos ligados al arte, el hombre de 49 años contó que estudió la carrera de diseño gráfico en la Universidad de Buenos Aires para explotar su veta creativa, pero que la abandonó para seguir los pasos de su padre. “Tuve la posibilidad de viajar a Brasil a trabajar en un taller, donde aprendí a hacer todas las funciones, desde el diseño hasta las tareas más físicas: cortado, armado, masillado, levantar paños y trabajar en las alturas”.

sebastián tuvo el honor de construir un vitral para la catedral nuestra señora de la paz, a pedido del padre jorge vázquez.

VITREAUX EN ZONA SUR. Sebastián tuvo el honor de construir desde un principio un vitral para la Catedral de Nuestra Señora de la Paz de Lomas, a pedido del Padre Jorge Vázquez, en el cual se puede observar un Cristo imponente junto a Adán y Eva. “Fue mi primer obra de figura humana y de grandes dimensiones”, contó el hombre sobre el vitral de 1,50 por 2,30 metros y hecho con plomo, estaño y vidrios esmerilados y opalescentes (los que se usan para lámparas), ubicado en el sagrario.

En Banfield, un claro ejemplo de vitralismo es el Santuario Basílica Sagrada Familia de Nazareth. “Acá hemos hecho una restauración de unos arcos de paneles con un diámetro muy grande y con mucho peso. Los desmontamos y en el taller le cambiamos la trasería de plomo”, contó el joven y aclaró que los vidrios estaban en buen estado, por lo que la obra durará unas décadas más.

Actualmente, en su taller se encuentra un vitral de la Parroquia Nuestra Señora de la Piedad de Temperley para que sus estructuras sean restauradas: “Esta obra fue traída de Europa y es de excelente calidad, con piezas originales. El vidrio, incoloro y con color, cuenta con una pintura llamada grisalla, que es un óxido que se usa para dibujar líneas, trazos y sombras”, cuenta sobre la composición.

LEGADO FAMILIAR. “Mi esposo Juan era pintor de cuadros y, como un buen artista, luego se inclinó por el vitraux y tuvo que aprender por su cuenta, como por ejemplo en el taller Soler de Capital. Sebastián siguió sus pasos”, aseguró María Antonia Laborda, madre del hombre, que también trabaja en el taller.

“De chico sabía que mis padres mandaron vitrales a Ecuador, al sur argentino y a Corrientes, a una iglesia llamada Santa Rita de Casia. También vinieron especialistas de España”, detalló Sebastián sobre las obras de arte de la familia.

El hombre aseguró que hoy en día, varios vitralistas de diversos sitios se juntan en la Catedral de La Plata y hacen jornadas que les sirven para intercambiar opiniones y experiencias.

“Hacer un vitral nuevo es un desafío muy interesante porque hay que componer la imagen. Una ventana es un lienzo en blanco. Pero también están los clientes particulares y las obras más personales”, señaló Heguiabehere sobre sus sensaciones de trabajar en el rubro que involucra a toda la familia.

Para quienes estén interesados en los vitrales pueden acceder a Heguiabehere Vitralistas en Facebook o a la web www.hvitralistas.com.ar.

Para finalizar, Sebastián acotó: “No damos clases, pero si algún vitralista quiere avanzar o compartir experiencias de pintura, que es en donde más nos especializamos, pueden contactarse y pasar por el taller

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