Carlos Izquierdoz se ganó un lugar de privilegio en la historia de Lanús al haber sido parte de los dos planteles campeones de la Copa Sudamericana con el obtenido este sábado en Asunción. El anterior había sido en 2013, en dos partidos finales.
El experimentado Carlos Izquierdoz volvió a Lanús a competir y llevar al club de sus amores a lo más alto. Repitió como en 2013 y obtuvo otra Copa Sudamericana.
Carlos Izquierdoz se ganó un lugar de privilegio en la historia de Lanús al haber sido parte de los dos planteles campeones de la Copa Sudamericana con el obtenido este sábado en Asunción. El anterior había sido en 2013, en dos partidos finales.
El sueño que se inició el 3 de abril tuvo un camino de 13 partidos, dejando duros rivales en los duelos directos como Fluminense, de Brasil, y Universidad de Chile, hasta la final con Atlético Mineiro, en una infartante definición por penales en el Defensores del Chaco.
“Nos matamos con los pibes, no saben lo que hemos hecho para tener el grupo bien, para que todos estemos con la misma. Hay 30 pibes que ninguno ponía una mala cara, ninguno tiraba para atrás. Si lo tocaba a (Walter) Bou, (Alexis) Canelo y (Rodrigo) Castillo estaban ahí, es hermoso, notás que están todos con energía y tratando que al equipo le vaya lo mejor posible. Para mí la clave fue eso”, sostuvo una de las figuras indiscutibles de a consagración.
El “Cali” Izquierdoz dejó el frío de San Carlos de Bariloche para probar suerte en Buenos Aires. A los 21 años, sin lugar en Lanús, fue cedido a préstamo a Atlanta (32 partidos, cuatro goles). A su regreso comenzó a ser importante en el Granate. Llegó la transferencia a Santos Laguna, luego Boca Juniors, para un breve paso por Real Oviedo. El destino le tenía preparado otro título.
“Es hermoso, soñaba con volver al club, quería terminar mi carrera acá. No quería venir a pasear, sino a competir, a poner a Lanús donde yo sabía que Lanús podía estar. Habían pasado un par de añitos que por ahí no se daban las cosas, una transición, pero agarramos con el enfermo del Laucha (Lautaro Acosta) que es el tipo más ganador que conozco en mi vida y manija, manija, manija, somos campeones otra vez”, destacó sobre el valor de esta copa.
Carlos Izquirdoz y Lautaro Acosta, bicampeones.
Lanús es una familia, “el club del barrio más grande del mundo”, como se reconocen. Por eso, todo es especial para el capitán del barco Granate. “Mi hermano se hizo hincha de Lanús porque yo jugaba desde los 16 años, le llevo 14, desde los dos años que iba al club en Inferiores a verme siempre, en Primera…Después tengo a la familia de mi mujer todos hinchas de Lanús, tatuajes de Lanús, escudos, van a la popular todos los partidos, viajes, entonces lo vivo muy de cerca con ellos y después tengo años con tantos amigos viviendo ahí y ver que estamos todos felices es impagable”, dijo.
Por último, recordó cuando afirmó que a Lanús lo iban a tener que matar para sacarlo de la Copa Sudamericana: “No nos mató nadie, entonces nos llevamos la copa. Es increíble, espectacular