Tiene su bicicletería hace 52 años en Lomas y deja un legado familiar
EJEMPLO DE SUPERACIÓN. Keco aprendió el oficio de muy chico. "Los viejos clientes vienen con sus nietos. Eso no tiene precio", dice. Dos de sus hijos siguen sus pasos.
Si algún vecino menciona la palabra "Keco", es inevitable pensar en la bicicletería que atiende Carmen Horacio Tejada hace 52 años en Lomas. Toda una vida de aprendizajes y desafíos para mantenerse de pie en el oficio. El lomense de 78 años habló de sus primeros pasos en el rubro, cómo se animó a tener su propio local, histórico en la localidad, el trato amistoso con los clientes y la felicidad de que dos de sus hijos sigan con su legado. "Hoy en día conservo los clientes de aquella época, hasta vienen con sus nietos. Eso no tiene precio", dijo, emocionado hasta las lágrimas.
"Empecé con el oficio desde muy chico. Había una bicicletería en el barrio e iba a aprender, tenía 8 o 9 años", rememoró Carmen Horacio Tejada, de 78 años, sobre su primer contacto con las bicicletas, un trabajo que, poco a poco, se transformó en una pasión y en una forma de vida.
Keco, como lo conocen todos los vecinos, admitió que el cuñado de su primer patrón, que tenía su local en las cercanías del Parque de Lomas, fue el que le enseñó los detalles y los secretos del rubro, formándolo para que pueda ser un bicicletero en un futuro inmediato.
Empecé de cero, sin nada, gracias a la ayuda de mi papá. Hoy en día conservo a los clientes de aquella época, chicos que hoy ya son padres o abuelos.
El 31 de julio de 1968 su sueño se hizo realidad: inauguró la Bicicletería Keco, en Rivera 2480, Lomas. Un local con 52 (y contando) años de trayectoria, de lucha, de pasión y de anécdotas, lo que lo enorgullece a pura emoción: "Empecé de cero, sin nada, gracias a la ayuda de mi papá. Hoy en día conservo a los clientes de aquella época, chicos que hoy ya son padres o abuelos, y también vienen con sus nietos. Eso no tiene precio".
"Siempre tomé mi trabajo con responsabilidad, cuidé y respeté a cada cliente como se lo merece", explicó acerca de su método para atender el histórico local, que atravesó innumerables tormentas y que, con mucho sacrificio, aún se mantiene de pie. Inmediatamente, contó cómo es la relación diaria con los vecinos que se acercan a reparar sus bicicletas, tras cinco décadas: "No somos bicicletero y cliente, ya se formó una especie de amistad. Ellos tienen muchos gestos conmigo, me regalan cosas y me invitan a lugares. Me siento muy orgulloso".
Dos de sus hijos siguen con su legado y también tienen sus propias bicicleterías, una ubicada en las cercanías de la cancha de Los Andes y otra en la ciudad de Ranchos.
Como la bicicleta fue y es su pasión, Tejada siempre se sintió atraído por las carreras. En su niñez y adolescencia, Horacio se inscribía en distintas competencias que se hacían por la zona: "Siempre había algún evento de carreras de bicicletas para alguna fecha en particular, en Lomas, Banfield, Remedios de Escalada o Lanús. Yo me anotaba en todas".
De grande, las ganas en el deporte siguieron intactas: "Gané varias carreras importantes, pero me queda la espina de no haber podido salir campeón argentino en ciclismo". Cabe destacar que "Keco" fue uno de los fundadores e impulsores de que se hiciera el circuito del Parque de Lomas, hace ya 46 años.
Gracias a la bicicleta tengo distintas puertas abiertas por todo el país. Le dio un gran sentido a mi vida. Voy a seguir con la bicicletería hasta que pueda porque es lo que amo.
Pero la increíble historia de Keco no termina así: dos de sus hijos siguen con su legado y también tienen sus propias bicicleterías, una ubicada en las cercanías de la cancha de Los Andes y otra en la ciudad de Ranchos. "Siguieron mi oficio y significa mucho para mí. Me gustaría que, el día que yo ya no esté, alguno de ellos atienda en mi local para que nunca se cierren las puertas", deseó.
"Gracias a la bicicleta tengo distintas puertas abiertas por todo el país. Le dio un gran sentido a mi vida. Voy a seguir con la bicicletería hasta que pueda porque es lo que amo", concluyó.