Raíces chilenas, alma argentina: una vida entre dos culturas

DÍA DE LA DIVERSIDAD. Silvia Huelchul, hija de un nativo de Chile y de una española, compartió su historia de vida en Lomas marcada por la unión de tradiciones.

Silvia reparte su amor entre Chile y Argentina

Silvia reparte su amor entre Chile y Argentina.

Cada 12 de octubre se conmemora el Día de la Diversidad Cultural, una fecha que invita a reflexionar sobre el valor de las raíces, los distintos orígenes que conviven en Argentina y las historias que le dan identidad al país. En ese marco, la lomense Silvia Huelchul (86), hija de un nativo del sur de Chile y de una inmigrante española, representa la unión de distintas culturas y la fuerza de quienes encontraron en estas tierras un nuevo hogar.

Silvia es hija de Saturnino, un vecino nativo de América nacido en el sur de Chile, y de una española de apellido Martínez López. Allí, su familia se dedicaba íntegramente al trabajo rural. "Mi padre se encargaba de sembrar y de cosechar, por lo que tengo recuerdos de haber ayudado en esas tareas", recordó con ternura.

Mi padre se encargaba de sembrar y de cosechar, por lo que tengo recuerdos de haber ayudado en esas tareas

En 1978, Silvia se mudó a Lomas, en coincidencia con el conflicto del Beagle entre Argentina y Chile, una disputa que necesitó de la intervención del Papa Juan Pablo II para evitar una posible guerra entre ambos países. "Los primeros años en este país fueron duros por la Dictadura Militar que existía por ese entonces. Recuerdo que tardé muchos años en obtener la documentación: fue con la llegada de Alfonsín al poder cuando pude conseguir la credencial de identificación", contó.

Entre risas, compartió algunas curiosidades culturales que todavía la acompañan: "El término pololo, muy usado en Chile para hablar de una pareja, siempre llama la atención entre mis afectos. Por otro lado, me sorprendió mucho el tipo de insultos que usan acá, muy distintos a los de mi país". Enseguida destacó que ambas naciones comparten muchos gustos por la gastronomía.

Si bien para Silvia es difícil inclinarse sentimentalmente por uno de los dos países, reconoce que le tiene un especial afecto a Argentina porque "es donde actualmente vivo y donde tuve la posibilidad de educar a mis hijos".

Hoy, con 86 años, Huelchul mira hacia atrás con gratitud. A pesar de las dificultades, siente orgullo de haber conservado las costumbres de su infancia y de haber formado su familia en suelo argentino. En sus palabras, se resume el verdadero sentido de la diversidad: reconocer las diferencias y construir un futuro común.