Logró combinar el yoga con niños y la psicología: los beneficios
innovación. La profesora lomense Mariú Constenla remarcó que en el yoga infantil la construcción es grupal. "El trabajo en grupo los invita a descubrirse y aceptarse", resaltó.
Los amplios conocimientos con los que cuenta la profesora de yoga con niños María Alejandra Constenla (45) hacen que sus clases dirigidas a las infancias sean innovadoras y muy significativas.
"Mariú" -como la llaman a la profe-, además es psicóloga y orientadora educacional por lo que asegura que es inevitable llevar a la práctica cada uno de sus conocimientos. "Sé muy bien ocupar mi rol en cada actividad, pero entiendo que la escucha, la mirada profesional está en mi ser y amo cada rol que tengo como así también soy una apasionada del yoga y trabajar con niños es una verdadera recarga de energía", explicó.
La mirada profesional siempre está presente y eso aporta un plus en cada una de las clases que dicta la profesora que se formó en 2017, pero es practicante de yoga hace más de 30 años, según relató.
Sé muy bien ocupar mi rol en cada actividad, pero entiendo que la escucha, la mirada profesional está en mi ser y amo cada rol que tengo como así también soy una apasionada del yoga y trabajar con niños es una verdadera recarga de energía
Sobre la importancia del yoga para niños y sus beneficios, contó: "Una clase de yoga con niños es muy distinta a una clase de yoga para adultos ya que la mayor diferencia radica en que a los adultos, el profesor dirige la actividad marcando pautas, explicando beneficios, corrigiendo las posturas, guiando desde el comienzo hasta la relajación, en cambio en yoga infantil la construcción es grupal. Por eso decimos yoga con niños y no, para niños", explicó.
A través del juego entre todos, en unión y de manera colaborativa se va creando la clase. "Uno de los beneficios es que el trabajo en grupo acompaña a cada niño y los invita a descubrirse, conocerse, comprenderse y aceptarse", resaltó la Mariú.
Como el yoga es unión, cada clase también invita a conocerse y un niño en desarrollo de todos sus planos, "encuentra en nuestra clase de yoga el marco contenedor necesario, para poder mirar hacia su interior y expresar libremente lo que es", dijo.
Sobre la edad en que un niño puede acceder a sus clases, comentó: "La verdad es que no hay un 'a partir de' porque se puede dar clases de yoga con bebés y adultos que acompañen, es decir yoga en pañales desde los 2 o 3 años"
LOS BENEFICIOS DEL YOGA CON NIÑOS
Los objetivos (desarrollados a través del juego creado de manera grupal) son: generar herramientas para la vida (lazos solidarios, toma de decisiones y autonomía), asimilar desde edad temprana valores como la alegría, la paz, el amor y la libertad, reconocer el espacio propio y de otro@s pidiendo respeto, marcado límites y respetándonos, acompañar el deseo a crear, sentir, imaginar y aprender de los errores.
Todos esos beneficios se adquieren en pleno desarrollo por lo que la práctica se convierte en una varadera enseñanza constante.
A nivel físico es fundamental para incorporar la práctica postural, corrigiendo las malas posturas y previniendo patologías de columna. "Algo para destacar es el tema de la respiración como eje de la vida porque incorporan de temprana edad los distintos tipos de respiración y también cada clase es ese espacio para comprender la importancia del silencio, la relajación y la visualización creativa", resaltó la experta.
Los beneficios son muchos y Mariú es ese puente que se crea entre los alumnos y el maestro. "Dicto clases en el espacio El Gutiérrez, en Banfield, los martes a las 19: yoga para adultos y los viernes a las 17:30 yoga con niños para los chicos de entre 4 a 10 años", resaltó sobre sus prácticas.
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