Del tren a las aulas: los orígenes del colegio Barker

HISTORIA LOCAL. Las aulas, en sus comienzos, se poblaron principalmente de hijas e hijos de inmigrantes británicos. Su nombre es en honor a un hombre clave del ferrocarril.

El edificio sobre la avenida Meeks

El edificio, sobre la avenida Meeks.

Entre las instituciones emblemáticas de Lomas de Zamora, hay algunas cuyo nacimiento estuvo íntimamente ligado tanto a la presencia de comunidades europeas -particularmente la británica- como al desarrollo del Ferrocarril del Sud. Es el caso del Colegio Barker, cuya historia está entrelazada con la expansión ferroviaria y el legado de un hombre clave: Charles O. Barker. 

Barker fue secretario gerente del Ferrocarril del Sud y desempeñó un papel central en la consolidación del trazado ferroviario durante el último tramo del siglo XIX. Bajo su administración, el servicio se extendió desde Buenos Aires hasta Bahía Blanca y sumó ramales estratégicos hacia ciudades como Mar del Plata, Necochea y otras localidades del sur de la provincia.  

Falleció en Buenos Aires el 20 de marzo de 1893, y su figura fue tan reconocida que, poco tiempo después, la empresa decidió rendirle homenaje de manera permanente: durante una asamblea de accionistas en octubre de ese mismo año, el presidente del directorio del Ferrocarril propuso erigir un edificio en memoria de Barker. La idea no solo fue aceptada, sino que entusiasmó especialmente a los miembros de la comunidad británica asentada en Lomas, una localidad por la que Barker sentía un aprecio particular.

El objetivo era levantar una escuela que llevara su nombre y que, además de cumplir funciones educativas, pudiera servir como centro de reunión social para los inmigrantes ingleses de la zona. 

Así nació el proyecto del "Barker Memorial Hall". La compañía ferroviaria comprometió una contribución de 2.000 libras esterlinas para su construcción, monto que fue recaudado mediante una suscripción organizada entre vecinos. El edificio se levantó respetando la estética típica de la arquitectura británica: un chalet de dos plantas, con amplios ventanales y un diseño sobrio, pero elegante.

Fue inaugurado con una gran celebración el 21 de agosto de 1897, en la esquina de las calles Gorriti y avenida Meeks. Para formalizar el traspaso, el Lomas School Committee abonó 500 libras esterlinas al Ferrocarril del Sud en dos pagos, y la empresa cedió el uso del inmueble para que funcionara como establecimiento educativo. Así comenzó a operar el Colegio Barker, que durante varias décadas ofreció clases en aquel primer edificio. 

Las aulas del Barker, en sus comienzos, se poblaron principalmente de hijas e hijos de inmigrantes británicos. Con el paso del tiempo, se fueron sumando alumnos de otras familias lomenses. La calidad de la enseñanza, especialmente en lengua inglesa, posicionó al colegio como una de las instituciones privadas más exigentes del Gran Buenos Aires. 

Hacia fines de la década del '50, el histórico chalet fue demolido, y el colegio se trasladó a su ubicación actual, también sobre la avenida Meeks, pero en la esquina de Mitre. La impronta fundacional de Barker, su vínculo con el ferrocarril y su raíz británica siguen presentes en la memoria colectiva de Lomas. ¡Hasta la semana que viene, amigos! 

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