Dolor por la muerte de Mabel Laray, una querida maestra de Lomas 

"LA MEJOR". La vecina también formó parte de instituciones solidarias como el Rotary Club y Lalcec Lomas. Las redes se llenaron de mensajes tras su fallecimiento, a los 89 años.

Mabel dejó una huella en su familia y amigos

Mabel dejó una huella en su familia y amigos.

En la vida existen personas que trasmiten un aura especial. La lomense Mabel Laray, sin dudas, fue una de ellas: a sus 89 años, falleció una vecina que dedicó su vida a la educación y también a la solidaridad, dejando una huella en cada ser que la conoció. Sus cuatro hijas hablaron con el Diario La Unión y la rememoraron con profundo cariño, deseando que sea recordada como la "vecina amable y sensible" que supo ser en su estadía en este plano terrenal.

Nacida en Capital Federal, Mabel vivió en distintos puntos de Lomas: primero, en una vivienda ubicada en la calle Portela y luego, gran parte de su vida la transitó en una casa situada en la Avenida Alsina, espacio al que consideraba como "su hogar". Además, se enamoró y se casó con Luis Tobar, con quien tuvo cuatro hijas (Viviana, Valeria, Virginia y Vanesa).

"Nuestra madre estudió en el Instituto Inmaculada Concepción de Lomas, donde se recibió de maestra, y luego ejerció su profesión en la Escuela Nº20 y en la Escuela Nº54. Su vida estuvo dedicada a la docencia: en su labor era exigente ya que creía mucho en la disciplina y en el esfuerzo, pero era una mujer muy afectuosa y eso hizo que se ganara el cariño de sus alumnos", explicaron sus hijas con orgullo.

Nuestra madre estudió en el Instituto Inmaculada Concepción de Lomas, donde se recibió de maestra, y luego ejerció su profesión en la Escuela Nº20 y en la Escuela Nº54. Su vida estuvo dedicada a la docencia: en su labor era exigente ya que creía mucho en la disciplina y en el esfuerzo, pero era una mujer muy afectuosa y eso hizo que se ganara el cariño de sus alumnos

Además de la educación, Laray participó activamente de diferentes actividades sociales y solidarias, una rutina que mantuvo hasta el inicio de la pandemia. La lomense perteneció al Rotary Club de Lomas Este (una de las socias fundadoras), a Lalcec Lomas y al Club de Jardineras, dejando una gran huella social en Lomas.

"Mamá era una persona muy activa y solidaria, siempre estaba para ayudar. Fue una vecina amable, conocida por todos, querida y respetada. En nuestra familia, su presencia siempre fue fundamental, cuidando la unidad familiar por sobre todo", detallaron Viviana, Valeria, Virginia y Vanesa.

Asimismo, Laray contaba con una gran habilidad en sus manos para hacer diferentes tareas. Según afirman sus hijas, fue una gran cocinera y una estupenda costurera, además de tener un talento para el dibujo, la pintura y el bordado.

Tras el fallecimiento de su marido, Mabel se mudó a Banfield, más precisamente a la calle Vergara, y años más tarde decidió volver a Capital para estar en compañía de sus hijas, pero también para disfrutar de la vida junto a sus ocho nietos (Agustina, Victoria, Luna, Manuel, Violeta, Valentín, Paula y Felipe).

La triste noticia del reciente fallecimiento de Mabel sorprendió a todos en el barrio y dejó un vacío imposible de llenar. Tras el deceso, sus cuatro hijas recibieron una gran cantidad de mensajes de consuelo: "Sus compañeras y amigas de Lomas nos recordaron su serenidad y su compromiso, además de poner en valor su amistad como un tesoro invaluable. También tuvimos comunicaciones con integrantes del Rotary Club y Lalcec Lomas, agradeciéndonos su participación y su entrega en ambas instituciones".

"Desde ahora, nosotros recordaremos a Mabel como la mejor mamá del mundo, pero también nos gustaría que el resto la piense como una mujer que albergaba un deseo inquebrantable, que habitaba todo lo que hacía. Una persona sensible y solidaria, que sabía alojar a todos aquellos que lo necesitaran, siempre con los brazos abiertos y con un corazón muy grande", finalizaron.