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Revolución de Temperley: los tres días en los que Lomas fue capital de Buenos Aires

Recordando la historia. El investigador Fernando Font reveló los detalles de lo que fueron aquellos días en los que Juan Carlos Belgrano se convirtió en gobernador provisorio. 

La Revolución de Temperley

La Revolución de Temperley.

El 7 de agosto de 1893 no es un día más para Lomas de Zamora, así como tampoco lo serían los siguientes dos días, dado que durante ese breve pero significativo periodo de tiempo se convirtió en capital de la Provincia de Buenos Aires, en el marco de lo que se conoce como La Revolución de Temperley. 

En diálogo con La Unión, el investigador Fernando Font reveló detalles de aquellos días en los que Juan Carlos Belgrano, sobrino nieto de Manuel Belgrano, fue elegido como gobernador provisorio de la provincia de Buenos Aires, nada más y nada menos que en Lomas. 

"El 7 de agosto (Hipólito) Yrigoyen citó a la convención partidaria en Lomas, pero no fue una convención partidaria finalmente. Fue una asamblea popular. Estaba el pueblo frente a la Plaza Tomás Grigera. Allí se reunieron civiles revolucionarios. Se estima que hubo alrededor de 10 mil personas", cuenta Font. 

El Palacio Sansinena, hoy conocido como la Escuela de Comercio Tomás Espora, es uno de los edificios que acapara la atención de los vecinos que caminan por las cercanías de la estación de Temperley. Esta construcción, según mitos y creencias, contaba en su interior con túneles y fue el escenario de una revolución llevada a cabo por las tropas de la Unión Cívica Radical.

Paralelamente, en La Plata, sede de gobierno provincial, había renunciado el gobernador Julio Costa. El ex militar Guillermo Doll tuvo que hacerse cargo de la gobernación, pero también renunció. Ante la acefalía, Yrigoyen reconoce a Belgrano el 9 de agosto y parten rumbo a La Plata para tomar el poder. Hasta ese momento, Lomas fue capital de la provincia de Buenos Aires. 

Luego, unos días más tarde, el por entonces presidente Luis Sáenz Peña autorizó que el Congreso votara la intervención de la Provincia de Buenos Aires. "El 18 de agosto enviaron a un comandante militar por barco para desarmar a los radicales y concretar la intervención", narró Font.

POR QUÉ LA REVOLUCIÓN FUE EN LOMAS

Font explica que no fue casualidad que allí se reunieran más de 10 mil civiles revolucionarios, ya que desde esa época Temperley era un importante nudo ferroviario. Cuando nace la ciudad de La Plata, Temperley se convirtió en monstruo ferroviario que aún es en la actualidad, por sus múltiples empalmes para conectar al Sur con el Oeste de la Provincia. 

"Así como los yrigoyenistas se convocaron en Temperley, en Quilmes se juntaron quienes respondían a Mitre. Si bien estaban divididos Mitre y Alem, en la Revolución de 1893 los unió nuevamente el objetivo de derrocar al régimen corrupto de Costa. Unos fueron por Temperley y otros por Quilmes, pero lo que le dio fuerza a Belgrano fue la gran cantidad de gente que se acercó a Temperley", comentó Font. 

LA MEMORIA VIVA DE TEMPERLEY

Liliana Inés Ramírez, del Instituto Histórico Municipal de Lomas, es nieta de un italiano llamado Ángel Felix Butti, que participó de la Revolución de Temperley. Y, como la historia también se hereda, puso su testimonio para retratar aquellos días, como también lo hizo en la conferencia virtual que se realizó el pasado 11 de noviembre. 

"Mi abuelo llegó a los 20 años a la Argentina. Trabajó como chofer de una importante familia de Recoleta y fue inspector de lo que era la municipalidad de Buenos Aires. Cuando surgieron los problemas y la necesidad de reivindicar a Yrigoyen y Alem, entendieron que la revolución era la única forma de hacerse notar. En mi familia siempre se habló con mucho orgullo, porque no portaba armas, sólo ponían el cuerpo para cortar las vías. Mi mamá me contaba con admiración la historia de su papá porque realmente ellos lo idolatraban a Yrigoyen y Alem". 

Por suerte, Eduardo Aleno, otro lomense descendiente de revolucionarios, compartió algunos recuerdos que continúan transportándose de generación en generación en su familia. "Se habían juntado las tropas en la estación de Temperley. Fueron a La Plata con tres trenes que habían secuestrado cuando ya se habían interrumpido el tránsito ferroviario", cuenta. 

"Donde hoy está el bicicletero, donde está el colegio Espora, estaban todas las tropas acantonadas. Ahí estaba el cuartel general. Una vez, en la casa de mi abuela encontramos una medalla, que decía en memoria de los revolucionarios caídos. No sabía de quién era. Tenía 15 años. Le pregunté y ahí empezó a contarme la historia de mi abuelo, Juan Aleno", detalló Eduardo.