El Club Citroneros de Lomas brilló en el primer rally del clásico modelo
TRAVESÍA HISTÓRICA. Unos 20 modelos lomenses del Citroën conocido popularmente como "La rana" participaron de la travesía que unió Chascomús con Jeppener.
El Club Citroneros de Lomas de Zamora participaron del primer rally de clubes que rinden tributo al mítico Citroën 3CV, conocido popularmente como "La rana", el cual llegó a la Argentina en 1958 proveniente de Francia y Bélgica. En nuestro país se fabricó entre 1960 y 1980, aunque después tuvo un regreso con cambio de marca hasta 1990.
Del evento que tuvo la participación de 64 modelos de la marca francesa, 20 fueron lomenses, los cuales unieron Chascomús y Jeppener en una competencia para celebrar el encuentro de este auto clásico que; a pesar del paso de los años, al verlo en un semáforo aún roba una sonrisa a las personas y más memoriosos.
Los participantes dueños de estos Citroën clásicos recorrieron una distancia de 62,7 km que separa a ambas localidades, en un tiempo de dos horas y cuarto, con paradas de treinta minutos, pasando por Gándara y Altamirano.
En declaraciones al Diario La Unión, Martín Pagani, vicepresidente del Club de Critroneros de Lomas brindó detalles de la travesía. "Fue una movida inédita porque nunca se había hecho un rally de regularidad exclusivamente de estos modelos. Uno de nuestros socios, Martín Alonso salió tercero en la carrera y estuvo muy lindo. Fuimos por un camino de casi 40 kilómetros de tierra entre Chascomús y Jappenner, pasamos por Gándara, Altamirano, y fue una experiencia distinta", destacó.
Jeppener además de ser el lugar de llegada, cuenta con un pasado vinculado a la marca francesa; según la historia, a fines de la década del cincuenta Citroën Argentina fabricó allí los primeros 2CV AZL y AZU. Con el traslado de la producción al barrio porteño de Barracas, esta planta funcionó entre 1962 y 1979 con la fabricación de piezas y componentes para distintos modelos de la marca, actualmente, del grupo automotriz Stellantis. Después, este sitio fue vendido a distintas empresas autopartistas, hasta que en 2019 se produjo su cierre definitivo.
Por su parte, Martin Pagani destacó el modo en el que se manejan desde el Club Citroneros de Lomas. "Tratamos de mantenerlos originales y en funcionamiento. A los nuevos integrantes que se suman se les brinda la colaboración para armar el auto, y se los puede buscar por presupuesto como por las ganas que tengan de trabajar en un proyecto. Al igual que cualquier Clásico, para muchos, este auto es una terapia y un cable a tierra, es algo que va más allá también de tener un Citroën", afirmó.
En su caso dueño de 3CV modelo 84 que lo tiene desde 1998. "El modelo me acompañó durante toda la vida. Mi viejo tuvo uno y siempre hubo uno en la familia. Es el único auto fundacional que queda en esos días", expresó el integrante del club lomense.
En tanto, Martín Pagani admitió la satisfacción que siente por el efecto que su modelo cuando es visto por la calle, al destacar entre los autos de la actualidad. "Además de tener un 3CV tengo un Citroën Meari y la diferencia entre dos modelos es que, cuando frenas en un semáforo todas las personas que pasan y lo vean se sonríen; sean chicos, grandes, le roba una sonrisa a todo el mundo y eso está buenísimo".