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Pedido de preventiva para los acusados por el crimen de la remisera 

AVANZA LA CAUSA. El fiscal del caso solicitó que los dos imputados sigan tras las rejas mientras avanza la investigación por el homicidio de la chofer de Uber.

La Policía presente en el lugar del asesinato

La Policía presente en el lugar del asesinato.

El fiscal Martín Rodríguez, a cargo de la investigación por el crimen de la remisera asesinada en Villa Diamante en el marco de lo que sería un ajuste de cuentas vinculado a la venta de drogas, pidió la prisión preventiva para los dos detenidos.

Fuentes judiciales informaron a La Unión que el requerimiento fue elevado el 6 de septiembre pasado, pero que el juez de garantías interviniente en el caso de la chofer de Uber que era vecina de Ingeniero Budge todavía no resolvió la solicitud, que deberá ser respondida próximamente.

Mientras tanto, los dos imputados permanecen tras las rejas: uno es el presunto asesino, apresado por homicidio, mientras que el otro es la pareja de la víctima, detenido por "encubrimiento" y "tenencia de estupefacientes para su comercialización".

El principal implicado en el hecho ocurrido el 9 de agosto fue identificado gracias al seguimiento de las cámaras de seguridad, y el registro de la tarjeta SUBE usada para escapar a bordo de un colectivo de la línea 405, que tomó en San Martín y Don Orione.

A raíz del análisis de las comunicaciones de su teléfono, se logró establecer la zona en donde se ocultaba, por lo cual y tras haber montado un operativo de vigilancia encubierta, pudieron detenerlo en Capello y Vetere, para luego allanar de urgencia Capello de Banfield.

Los efectivos policiales que encabezaron la tarea dispuesta por la UFI 5 de Avellaneda-Lanús, secuestraron el celular del imputado, y vestimenta similar a la utilizada por el homicida.

EL CRIMEN DE LA REMISERA

El terrible asesinato había ocurrido semanas atrás en el cruce de las calles Hernandarias y Estados Unidos, en la localidad de Villa Caraza. La víctima, de 44 años, fue hallada con varios golpes y al menos diez puñaladas en el cuello y la costillas, dentro de un Volkswagen Up color rojo. 

Según manifestó su pareja, que la llevó a un centro de salud, la mujer era chofer de Uber, y se dedicaba a la venta de drogas. El hombre quedó detenido por presunto "encubrimiento" y "tenencia de estupefacientes para su comercialización".

Además, otro supuesto "cliente" de la víctima, cuya huella dactilar fue encontrada en el vehículo de la conductora asesinada. Se trata de un vecino de Remedios de Escalada que se entregó en la comisaría cuando se enteró de que su vivienda había sido allanada.