Es antropóloga, daba clases, y ahora dejó todo por el tejido

Apasionada. Gabriela Botello fue profesora por más de 20 años en escuelas y en la universidad, pero se volcó a las clases de tejido y busca que reivindicar la práctica. 

La capacidad de poder vincular sus dos pasiones es lo que logró la licenciada y profesora en Antropología Socio Cultural lomense Gabriela Botello (58) que creó su propio espacio donde reúne a personas con ganas de encontrarse a través del tejido.

Por más de 20 años, Botello se dedicó a dar clases de antropología en escuelas secundarias y en el profesorado de ciencias antropológicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), pero su pasión por el tejido siempre estuvo presente hasta que entendió que era hora de dejar esas clases para enseñar lo mágico que genera ese complemento entre las agujas y las lanas.

"La vida me fue llevando por los distintos trabajos que tuve, pero ahora me llena la pasión por el tejido y decidí que éste sea mi oficio y mi actividad porque tejo desde siempre, desde mis 8 años y si bien en un momento tuve que hacer un stop por situaciones de la vida, siempre volví al encuentro con esta pasión", contó la profesional que creó su propio espacio en Lomas "Tramando Tramas".

El nombre de su espacio donde actualmente dicta clases y seminarios ubicado en Colombres 675, Lomas, también está íntimamente relacionado con su carrera como antropóloga. "Tejer implica tramar relaciones sociales, ir al encuentro con otras personas, poder compartir, se trata de una acción terapéutica, porque tejer te sana y la relación con la antropología esta ahí", explicó.

En su espacio que lo abrió hace más de 8 años, Botello quiere que las mujeres se encuentren, que puedan socializar, "sacar el tejido de la casa y llevar el tejido al espacio público".

Tejer implica tramar relaciones sociales, ir al encuentro con otras personas, poder compartir, se trata de una acción terapéutica, porque tejer te sana y la relación con la antropología esta ahí

Más allá de lo que enseñe, Botello entendió con este cambio que enseñar es lo que a ella la moviliza pasionalmente. "Nací con una tiza en la mano, me gusta enseñar, la docencia es lo mío y lo que más disfruto", detalló.

Respecto a sus comienzos en las clases de tejido recordó que enseñaba en una casa de té ubicada en Temperley, los sábados a la mañana. "Mientras que comíamos algo rico se tejía y esa fue una experiencia muy linda porque el encuentro era en un lugar público y tenía muchas alumnas. Luego, encontré un lugarcito en la calle Gorriti, hasta que me instalé donde estoy actualmente", explicó.

Actualmente en el espacio se dictan clases de crochet, tejido con dos agujas, bordado y siempre está abierta la invitación a artesanas o emprendedoras que quieran brindan algún encuentro especial o un seminario, según detalló la tejedora y antropóloga lomense. También hay clases para niñas que quieran incursionar en el tejido.

"Tenemos precios amigables, como me gusta decir a mí porque lo que me interesa es que la gente pueda venir y encontrarse con otras personas", aseguró Botello que a futuro tiene muchas ideas para llevar a cabo. "Sueño con plotear una camioneta con cuadrados tejidos al crochet para sacarla los domingos y visitar distintas plazas a la tarde para reunirnos tejiendo. También me gustaría hacer viajes con la temática textil que recorra esos lugares típicos del país donde se dedican a esta práctica".

Pero uno de los objetivos más importante para la profesional de Lomas es reivindicar el tejido. "Hay que desterrar esto de pensar la práctica de tejer como algo de viejas, de nuestras abuelas porque va más allá del living o el sillón de la casa, hay que crear esos círculos donde el tejido sea el eje central para la socialización y el encuentro", concluyó.

Para contactarse con Botello hay que seguir la cuenta de Instagram: @tramandotramas

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