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El año en que Jim Carrey revolucionó Hollywood

actorazo. Hace 30 años estrenaba "Ace Ventura", la primera de las tres comedias que Jim Carrey protagonizaría en 1994, seguida por "La máscara" y "Tonto y retonto".

Hace 30 años estrenaba "Ace Ventura", la primera de las tres comedias que Jim Carrey protagonizaría en 1994 y que, seguida por "La máscara" y "Tonto y retonto", lo catapultarían al estatus de estrella mundial y revolucionarían el género de la comedia en la industria del cine.

Alimentados por su plasticidad física digna de un contorsionista, su arsenal infinito de morisquetas y una energía exagerada siempre al filo del desborde, el trío de personajes sería su carta de presentación definitiva para las audiencias masivas y le abriría las puertas de la fama y la fortuna.

Cuando "Ace Ventura: Un detective diferente" desembarcó el 4 de febrero de 1994 en los cines de Estados Unidos y Canadá, James Eugene Carrey tenía 32 años recién cumplidos y más de 15 luchando por ganarse un lugar en la industria. Nacido en 1962 en un suburbio de Toronto, en Canadá, Carrey supo desde muy joven que lo suyo era la comedia: tenía apenas 8 cuando comenzó a hacer caras frente al espejo, y para los 10 se consideraba un imitador consumado.

Su carácter observador combinado con la capacidad de moldear a su antojo los músculos de su rostro le dieron seguridad, y tenía nada más 15 cuando montó un número y se presentó -con el apoyo de sus padres- en un club nocturno de Toronto. Ese día la propuesta no cuajó con el público, pero su camino en el show business ya había empezado. Presentación a presentación, fue puliendo su acto hasta que se hizo de un espacio y un creciente reconocimiento en el circuito del teatro y cine.

En 1996, por "Cable Guy" (rebautizada "El insoportable" en Argentina) ya se embolsó 20 millones, y en 1997, cuando se publicó "Mentiroso mentiroso", estaba entre los mejores pagos de la industria. Desde 1998 el ritmo no bajó, pero el comediante comenzaría a convivir con otro tipo de roles, en una búsqueda de prestigio que solo parece acompañar al cine "serio".

La comedia dramática "The Truman Show" (1998), la biopic "El mundo de Andy" (1999), sobre la vida de Andy Kaufman, en la que volvió loco a medio set por su renuencia a salir de personaje; "El Majestic" (2001), "Eterno resplandor de una mente sin recuerdos" (2004) o "Número 23" (2007) son algunas de las veces en las que dio sobradas pruebas de que lo suyo era mucho más que el histrionismo.

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