Tres generaciones al frente de la librería Posse, un emblema de Lomas 

DEDICACIÓN. José Luis Posse inició el camino, luego siguieron su hija y su yerno, y ahora su nieto. Una historia familiar llena de progreso durante 60 años.

Más de seis décadas de vida en pleno corazón de Lomas. La Librería Posse funciona desde 1956 y tiene una historia familiar sostenida a base de esfuerzo, sacrificio y responsabilidad: comenzó de la mano de José Luis, quien apostó por el rubro, continuó de la mano de su hija y su yerno hasta llegar a ser administrada por uno de sus nietos.

"Mi papá compró una librería que se estaba fundiendo y que pertenecía a otra persona. Estaba ubicada en Laprida al 200 y mi padre la adquirió con la intención de sumar un nuevo rubro al que él ya tenía: un local de lencería situado enfrente del local en cuestión", reveló Alicia Posse, hija de José Luis Posse, sobre los inicios de la historia.

"El relato que me contaron fue que el primer año de la librería dio pérdidas, pero insistieron y salieron a flote. La librería creció gracias a un enorme esfuerzo y al amor que mi papá le tenía al emprendimiento", indicó.

El relato que me contaron fue que el primer año de la librería dio pérdidas, pero insistieron y salieron a flote. La librería creció gracias a un enorme esfuerzo y al amor que mi papá le tenía al emprendimiento.

Según el recuerdo de la propia hija de José Luis, la librería contaba con mostradores antiguos de madera con una registradora, fotocopiadoras y una oficina para su padre, la cual contaba con una caja fuerte.

Fue tanto el crecimiento que don Posse decidió construir un nuevo espacio para la librería, en Gorriti 178, durante 1976. Al principio mantuvo ambas sucursales, pero luego decidió unificar todo en el local que actualmente atiende a los lomenses.

Con el paso del tiempo, Alicia hizo pareja y quedó embarazada de su primer hijo. A partir de allí, su vida se unió mucho más a la librería, ya que en el negocio trabajaba su marido: "Yo había estudiado analista en sistemas y me involucré en la librería con la programación para hacer listas de precios". Además, supo trabajar en la administración de la caja.

Hugo Omar Aguayo, uno de los empleados más antiguos de Posse (con 40 años de trayectoria), se sumó a la charla y recordó de qué manera llegó a ser parte de Posse: "Empecé a trabajar en la librería en 1983, cuando tenía 25 años. Fue una decisión que no me arrepiento de haber tomado porque acá siempre fui feliz". Inmediatamente, agregó: "Al principio me venía hasta Lomas desde el campo: yo vivía a cinco kilómetros de Domselaar. Ese mismo año me casé y me mudé a Banfield, ahí cambió todo".

Hay un dicho en Lomas que dice que 'si no lo tiene Posse, no lo tiene nadie'. La gente viene a comprar lo imposible, lo que no poseen los demás: desde lapiceras exclusivas o agendas de cuero, cualquier cosa.

"Hay un dicho en Lomas que dice que 'si no lo tiene Posse, no lo tiene nadie'. La gente viene a comprar lo imposible, lo que no poseen los demás: desde lapiceras exclusivas o agendas de cuero, cualquier cosa", admitió Hugo, que rápidamente agregó que su la librería también se caracteriza por tener un gran compromiso con el cliente a la hora de conseguirle lo que busca.

"Posse es mi segunda casa, prácticamente mi familia. Amo a esta librería porque acá sembré mis raíces y creo que ese sentimiento no sería el mismo si fuese mío este lugar", concluyó Aguayo.

Alejandro Memmolo, hijo más chico de Alicia y nieto de José Luis, fue quien se comprometió en seguir el legado de la familia y administrar la Librería Posse. Su historia está muy ligada a la librería, lugar al que empezó a asistir cuando aún se encontraba en el vientre de su madre.

"En 1992, el año en el que yo nací, la librería cambió su modalidad de trabajo a autoservicio, siendo la segunda librería del país en usar este formato", indicó Alejandro, que, a pesar de estar a cargo del negocio, continúa contando con el apoyo de sus padres para tomar las mejores decisiones para el local.

"Todo el mundo quería a mi abuelo, era un hombre respetado incluso por los empleados. Me gusta que hoy en día los clientes me lo recuerden y que me agradezcan por la decisión de seguir con el legado", cerró Alejandro.