Votar por primera vez y sin obligación: la experiencia de Lucas y Carolina

COMPROMETIDOS. Los adolescentes de 16 años decidieron ser parte de las elecciones y se lo plantearon así a sus familiares, quienes los acompañaron desde el primer momento. 

Las elecciones son un proceso clave para el país y los ciudadanos deben comprometerse para resguardar la democracia. Pese a no tener la mayoría de edad ni la obligación de asistir, dos lomenses de 16 años decidieron aceptar el desafío: Lucas y Carolina vivieron en primera persona su experiencia como votantes y le contaron al Diario La Unión sus sensaciones luego de pasar por el cuarto oscuro.

Lucas Ojeda llegó al Instituto San Alberto Magno (Federico Chopin 350) pasadas las 9 y se llevó la sorpresa de que su mesa, la 888, todavía no contaba con un presidente y, por ende, no estaba habilitada para sufragar. Para su tranquilidad, ya habían designado a un vecino para que ocupe el rol y, tras varios minutos de espera, pudo ejercer su voto.

"Al principio, mientras hacía la fila, me puse nervioso. Una vez que entré al cuarto oscuro y coloqué la boleta dentro del sobre sentí mucha seguridad", dijo el lomense, que dejó en claro que "no le importó haber esperado, sino que "lo importante fue poder votar".

Al principio, mientras hacía la fila, me puse nervioso. Una vez que entré al cuarto oscuro y coloqué la boleta dentro del sobre sentí mucha seguridad.

"Quise venir a votar para sentir la experiencia. Nadie de mi familia me obligó, al contrario, me acompañaron", recalcó el joven de apenas 16 años, que rápidamente agregó: "Lo que más me sorprendió fue ver el orden y la cantidad de gente".

Así, Lucas demostró tener una gran responsabilidad social con su país y su distrito. Pero ese compromiso también lo desarrolla en los Bomberos Voluntarios de Lomas, más específicamente en el Cuartel Central, donde es cadete hace ya cinco años.

Por otra parte, la lomense Carolina Atay Balián se acercó junto a su madre, su hermana y tres amigas al Colegio Barker (Bartolomé Mitre 131) para ser parte, por primera vez, de unas elecciones.

Su mesa, la 725, estaba prácticamente solitaria y pudo emitir su voto con total normalidad, cerca de las 10.30. A la salida del cuarto oscuro, dialogó con el Diario La Unión y explicó: "Cuando era más chica había venido a otras elecciones para acompañar a mi mamá y ya sabía cómo era la dinámica, pero esta vez fue raro y distinto porque la que entró al votar fui yo".

"Tuve una charla con mi mamá y le dije que quería venir a votar. Ya estaba preparada y sabía a quién elegir", dijo, con mucha certeza. Analía, su madre, se sumó a la charla y admitió que ir a sufragar es un hecho que lo toman con seriedad, pero también como un acto de unión ya que suelen juntarse a desayunar o almorzar entre varios integrantes de la familia.

Tuve una charla con mi mamá y le dije que quería venir a votar. Ya estaba preparada y sabía a quién elegir.

Ambos se fueron felices de las instituciones y con una experiencia nueva para sus vidas. Y dejaron en claro que el 22 de octubre volverán para ser parte de las elecciones generales.