Pozo de Banfield: el desgarrador descargo de un nieto contra un represor
LESA HUMANIDAD. Pedro Nadal García, quien recuperó su identidad en 2004, le pidió un gesto de "empatía" al imputado Jorge Bergés para poder encontrar a su madre desaparecida.
Un desgarrador testimonio se escuchó en la última audiencia del "Juicio Brigadas", que unifica los delitos de lesa humanidad cometidos en el Pozo de Banfield, el Pozo de Quilmes, el Infierno de Lanús y la Brigada de San Justo. Pedro Luis Nadal García, un nieto recuperado en 2004 y cuya madre sigue desaparecida, realizó un profundo descargo contra uno de los imputados.
El testigo, hijo de Jorge Nadal e Hilda Magdalena García, contó que fue apropiado por un policía cuando tenía un año, en 1976, tras ser secuestrado junto a su madre. El encargado de adulterar su certificado de nacimiento fue nada menos que el exmédico policial Jorge Bergés, uno de los acusados que tiene este juicio. Pedro tuvo la oportunidad de hablarle directamente por primera vez y no dejó pasar la chance.
"Deseo poder encontrar a mi madre. Muchos dicen que ustedes no hablan, que no ayudan. Yo le digo: ¿cómo quiere irse usted de este mundo? Empatía, señor Bergés. Creo puede hacerlo. Busque en lo más profundo de su ser. Que el milagro de la vida que lograron sus padres no haya sido en vano, que reflexione", le dijo Nadal García a Bergés.
"Ni usted es feliz aferrándose a ese falso patriotismo. Dese la oportunidad de ser empático. No pretendo ser el dueño de la moral, sólo busco sembrar empatía. No estoy acá para condenarlo, para eso está el Tribunal", añadió ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata.
Pedro había recuperado su identidad en octubre de 2004, cuando las Abuelas de Plaza de Mayo anunciaron su restitución como nieto número 79. "La generación de mis viejos dejó su vida resistiendo, enfrentaron una dictadura sangrienta. No viví esa época y espero que nadie más. Buscaban la libertad, la igualdad y luchaban contra el atropello. Mi madre me amaba y mi padre también, no me abandonaron como me dijeron siempre", remarcó.
Los apropiadores de Nadal García fueron el expolicía Luis Ferián, fallecido en 1997, y Yolanda De Francesco, quien colaboró en el ocultamiento de su identidad. "Yo pensé que el malo era Ferián, que ella era una víctima, pero ella sabía todo. Me dijo que mi madre me había abandonado, luego que había muerto en el parto y finalmente, que mis abuelos la habían obligado a entregarme en adopción", reveló ante los jueces.
El testigo expresó su dolor por no haber podido encontrar nunca a su mamá: "Busqué a mi madre como loco, en cementerios, en psiquiátricos. Nunca la encontré. Tuve que dejar ir a mi madre y acepté a la fuerza que era una desaparecida". Esa tristeza fue la que lo llevó a rogarle a Bergés un gesto de empatía para poder encontrarla.
"Usted debe tener odios, resentimientos, debe culparnos a nosotros por lo que está viviendo. Yo mismo lo he odiado a usted, a Ferián, a todos sus compañeros. Les deseé lo peor. Mi madre es una mártir. Mi madre y yo fuimos secuestrados, no fuimos detenidos. Me gustaría se pusiera en el lugar de mi madre. Tenía 19 años, usted 34. Imagínese de 19 años, estar vendada, golpeada, recibiendo descargas eléctricas, que suplique por agua. Imagínese que sus padres lo buscan por todos lados", le graficó al imputado.
"Le hice hacer este ejercicio de empatía porque por ahí ayuda a su vida. Empatía, señor Bergés", cerró Nadal García muy emocionado.