Al libro, en su día
mundos personales. Cada 15 de junio se recuerda esta fecha en Argentina y también hay una celebración de nivel internacional.
Hay un hermoso universo detrás de un libro, en especial de un libro como objeto, como una pieza tangible que no pierde su valor a pesar de la arremetida del mundo electrónico y virtual.
Un libro añoso, con sus páginas amarillentas por el paso del tiempo y de tapas duras tiene un encanto único. Es probable que haya pasado de mano en mano, y que muchos ojos se hayan posado en sus páginas.
También un libro puede estar casi destartalado, al borde de que sus páginas tomen vuelo propio y que haya que tomarse la tarea de reacomodarlo en su orden original.
Suele pasar que uno se topa con un libro ajeno, que fue subrayado por otro y que algún lector anterior hasta hizo acotaciones en los márgenes, con las uno puede debatir, discrepar y coincidir.
Un libro nuevo, flamante, recién salido de la imprenta tiene su encanto también. Ni hablar si es nuevo trabajo de un autor o de una obra esperada.
El libro tiene su propio día, tanto en Argentina como en el resto del mundo y justicieramente tiene su lugar en el almanaque.
Cada 15 de junio de cada año se celebra en Argentina el "Día del libro", que el resto del mundo lo festeja el 23 de abril. La conmemoración comenzó en 1908. El Consejo Nacional de Mujeres entregó ese día los premios de su concurso literario e instaló un festejo anual. En 1924, aquel Consejo logró que el presidente Marcelo T. de Alvear declarara la fecha como "Fiesta del Libro".
Alegaba por entonces el decreto presidencial: "Es del mayor valor educativo consagrar un día especial del año a la recordación del libro como registro imperecedero del pensamiento y de la vida de los individuos y las sociedades y como vínculo indestructible de las generaciones humanas de todas las razas, lenguas, creencias, etc."
Luego, en 1941, a instancias de una resolución del Ministerio de Educación, se cambió la denominación por "Día del Libro", la cual se mantiene hasta hoy.
En junio además se celebra del Día del Escritor y la Escritora, en homenaje al primer presidente de la Sociedad Argentina de Escritores, Leopoldo Lugones, que nació el 13 de este mes de 1874.