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La emotiva historia de Ángel Correa, uno de los elegidos de Scaloni 

superación. Una dura infancia en Rosario y un problema cardíaco que casi trunca su carrera, marcaron al jugador del Atlético de Madrid que tendrá su debut mundialista en Qatar. 

Correa jugar su primer Mundial

Correa jugará su primer Mundial.

Ángel Correa sabe lo que es luchar, nunca darse por vencido y darle pelea a cualquier adversidad. Su historia de superación lo reafirma día a día, tanto dentro como fuera de la cancha. Y el premio de esa lucha llegó en las últimas horas: fue convocado por Lionel Scaloni para integrar la lista de 26 futbolistas de la Selección Argentina para el Mundial de Qatar.

La desilusión que recibió hace una semana cuando le informaron que había quedado afuera de los 26, algo que lo dejó muy dolido, se transformó, en cuestión de días, en pura felicidad. La lesión de Nicolás González, quien fue desafectado por un esguince, le permitió meterse en la lista definitiva de Argentina y cumplirá un sueño que tuvo desde chico, cuando daba sus primeros pasos en Las Flores, uno de los barrios más peligrosos de Rosario.

El camino de Ángel tuvo muchos contratiempos y a todos se repuso. A los 10 años falleció su padre, dos años más tarde perdió a su hermano y después, cuando logró dar el salto a Europa luego de brillar en San Lorenzo, una afección cardíaca casi le trunca la carrera. A todo se repuso y en Qatar, con 27 años, disputará su primera Copa del Mundo.

Los primeros pasos en el  barrio no fueron sencillos. Y años después, en una entrevista en un medio español, lo dejó en claro. "Es muy jodido: ahí perdí a muchos amigos por alguna bala, por estar en un lugar donde no debían estar", comentó en esa nota publicada en 2019.

También había hablado de su infancia, especialmente después del fallecimiento de su padre y de su hermano, un tiempo en el que la pelota no solo era solo para divertirse, sino una fuente de ingreso para su familia. "Cobraba un viático de mil pesos y eso lo usábamos como sueldo para toda la familia", comentó tiempo atrás.

Después de esos años duros, llegó a San Lorenzo y comenzó a darle forma a su carrera deportiva. Allí, además, viviría un hecho que pocos tiene la posibilidad de lograr: Jorge Bergoglio, hoy el Papa Francisco, le tomó la comunión. Y en el mejor momento, cuando estaba a punto de ser vendido al Atlético de Madrid después de haberse coronado campeón con el Ciclón, un problema cardíaco casi lo obliga a ponerle punto final a su carrera.

En la revisión médica antes de firmar con el Colchonero le detectaron una anomalía cardíaca, específicamente un tumor benigno que lo llevó a ser operado a corazón abierto en Nueva York. Sin embargo, en ese duro momento, volvió a mostrar su fortaleza y seis meses después de la operación volvió a jugar, justamente con la Sub-20 de Argentina en el Sudamericano en el que la Albiceleste se consagraría campeón.

Los problemas en el corazón aparecieron nuevamente en la previa de la 'Finalissima' ante Italia en Wembley, pero para no perderse ese encuentro que ganó el seleccionado de Scaloni no dijo lo que tenía. "Llevaba varios días viendo el alambre (de la cirugía de corazón) que estaba a punto de salirme del pecho y no le dije nada al doctor porque quería estar sí o sí. Después de que pasó el partido me agarró un poco de miedo, a mi familia también y se lo dije al doctor y me explicó que podría haberse infectado y eso hubiera sido muy grave, por lo que me recomendaron que fuese a Madrid para resolverlo rápido. No era un dolor, se me había abierto la cicatriz", comentó después de la victoria nacional.

Todas estas complicaciones fortalecieron su personalidad, lo forjaron dentro y fuera de la cancha, y ahora tiene su gran premio: jugar su primer Mundial.

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