Continúa el juicio contra Gilda Acosta Duarte por el crimen de su pareja
judiciales. Este sábado por la mañana se logró reanudar el proceso judicial. En la audiencia del jueves la mujer se había descompuesto y debió ser internada.
Se reanudó esta mañana el juicio contra Gilda Acosta Duarte por el crimen de su pareja, Richard Alejandro Sánchez Escobar, quien fue asesinado en febrero de 2019 después de que la mujer se enterara del presunto abuso del hombre a sus hijos. En la jornada anterior, la mujer se descompensó y debió ser internada.
Luego de recuperarse de una descompensación en medio de la presentación de los resultados de la Cámara Gesell, en donde se dieron a conocer los testimonios de sus hijos sobre los supuestos abusos, este sábado a las 8:30 continúa el juicio en el que restan declarar testigos.
Fuentes judiciales apuntaron a La Unión que la mujer ya se encontraba en condiciones de continuar pese a haber tenido un pico de presión y luego haber sido hospitalizada. "Fue muy fuerte para ella escuchar todo, sumado a los nervios que genera saber que le pueden dar cadena perpetua por esto", plantearon.
En primera instancia, la mujer es juzgada por un jurado popular que determinará si es culpable o inocente del delito de "Homicidio agravado por el vínculo", y luego será el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°6 quien determinará, en caso de corresponder, la pena.
Interviene en el proceso la Unidad de Asistencia al Juicio y por Jurados, y la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°16 especializada en Violencia de Género.
EL CASO
El hecho tuvo lugar el 20 de febrero de 2019 en una vivienda de Abelardo Corbacho 1.500, en Ingeniero Budge, donde la mujer mató a su pareja tras enterarse de supuestos abusos sexuales de él contra sus hijos.
En su declaración, precisó que le pegó en la cabeza con una pesa de diez kilos y luego lo ahorcó con un lazo. Después, la mujer sepultó el cadáver en el armario y lo selló con cemento. Tras permanecer dos días en shock, se presentó a la comisaría y confesó todo.
El personal policial encontró los restos de la víctima enterrados y ya en estado de descomposición, en el centro de la habitación de la pareja donde un ropero de tres puertas estaba tumbado en el piso y tapado con una tela.