La historia de Fonrouge, un vecino ilustre
DE PUÑO Y LETRA. Trabajó por la creación de una sala de primeros auxilios en Centenario e impulsó el proyecto de ley que propicia el traspaso a la UNLZ de terrenos de Santa Catalina que pertenecían a La Plata.
Hay nombres y apellidos que dicen mucho de una ciudad, de un pueblo o de un barrio. Vecinos ilustres, pioneros o simples hombres y mujeres destacados por su profesión, trabajo y haciendo acción comunitaria. En Lomas de Zamora tenemos muchos ejemplos. Hoy les quiero contar la historia de la familia Fonrouge. ¿Les suena? Pasen y lean...
El máximo exponente de la familia en el plano local fue Alberto "Cacho" Fonrouge, quien nació e hizo su notable trayectoria en nuestra comunidad. En la esquina de Alvear y Castelli, lugar donde estaba la quinta "Fénix" (actualmente la Escuela N°14), vivía la familia Fonrouge. Allí se marcaba un límite entre lo urbano y lo suburbano, entre el empedrado que hasta allí llegaba y esas otras calles de tierra que le daban fisonomía a la Lomas rural.
Su padre, Alberto Marcelo Fonrouge, ocupaba un lugar destacado en la política. Había sido juez federal, fiscal, legislador provincial, concejal e intendente de Lomas de Zamora. Murió en 1929, cuando su hijo Cacho era un chico de 15 años.
Los tranvías hacían chirriar sus rodamientos cuando pasaban frente a la quinta Fénix, en su marcha lenta y pesada por la calle Castelli hacia la lejana Villa Albertina o al cementerio. Era el barrio mancomunado ante los festejos, las celebraciones o los problemas. Donde los vecinos, entre ellos los Fonrouge, compartían todas las situaciones domésticas y familiares. Algo bien diferente a la mega ciudad de hoy en día.
Político de raza, Fonrouge hizo mucho por su querida Lomas de Zamora. Orador fino y sólido, docente de mérito y buen vecino. Merecía tener una calle a su nombre.
A fines de la década del 30, la atención sanitaria era un grave problema en la zona. En ese contexto nació la idea de crear una sala de primeros auxilios. El doctor Fonrouge fue el gestor y el verdadero impulsor de este proyecto, haciendo aprobar los planos, obteniendo el concurso de firmas comerciales y poniendo todo el entusiasmo para que tantos esfuerzos culminaran en un acto público cuando se inauguró la sala en 1942, en Villa Centenario. Ese día se le entregó a Fonrouge una medalla de oro y se lo nombró presidente honorario de la institución. Luego fue donada a la Municipalidad de Lomas, hasta que el aumento poblacional en la zona neutralizó a la modesta salita.
La Universidad Nacional de Lomas también le debe mucho a Fonrouge. Santa Catalina es un lugar natural privilegiado de Lomas. El entonces senador nacional impulsa el proyecto de ley que propicia el traspaso a la Universidad de Lomas de Zamora de esas tierras, pertenecientes a la Universidad de La Plata. Político de raza, Fonrouge hizo mucho por su querida Lomas de Zamora. Orador fino y sólido, docente de mérito y buen vecino. Merecía tener una calle a su nombre.