Qué significa ser Canillita, en palabras de tres lomenses

MERECIDO HOMENAJE. Contaron sus comienzos y cómo la pelean día a día para sobreponerse a las adversidades. Y agradecieron a los vecinos por estar siempre.

El rubro aún es importante para la difusión de información

El rubro aún es importante para la difusión de información.

El 7 de noviembre es una fecha importante ya que se celebra en todo el país el Día del Canillita, un rubro que es fundamental para difundir la información y que llegue a cada vecino de todos los barrios. Rafael Ginochio, Mario Lungo y Juan Carlos Rois, tres canillitas lomenses, le contaron al Diario La Unión sus orígenes en el rubro, la pasión y el esfuerzo que le ponen a cada jornada de trabajo y lo que significan los clientes en su vida.

Rafael Ginochio trabajaba en una importante empresa de Buenos Aires y tenía un buen pasar, pero la empresa quebró de un día para el otro y se quedó en la calle. "Fui a comprar el Diario La Unión al puesto que estaba a la vuelta de mi casa y el canillita me contó de los sacrificios del rubro. Con la plata de la indemnización y unos ahorros le compré la parada y así inicié este camino que comenzó en Turdera en 1977", rememoró "Barbuchi", como es conocido en su puesto de Antártida Argentina al 100.

Fui a comprar el Diario La Unión al puesto que estaba a la vuelta de mi casa y el canillita me contó de los sacrificios del rubro. Con la plata de la indemnización y unos ahorros le compré la parada y así inicié este camino que comenzó en Turdera en 1977.

Una situación similar atravesó Mario Longo, diariero de Llavallol (con su puesto en Antártida Argentina y Tupac Amarú), para llegar a ser canillita: "Yo trabajaba en una fábrica y mi hermano ya estaba en el rubro. Cuando me echaron, me animé a acoplarme y así fue que me hice mi propio camino". "Llavallol era una zona muy industrial y era impresionante lo que trabajaba con mi papá y mi hermano. Eran tiempos difíciles porque cada canillita cuidaba su terreno de venta, pero me enamoré del rubro y de la parada porque gracias a eso tuve una vida tranquila, no me puedo quejar", acotó Longo.

"Me costó adaptarme al rubro, pero le agarré la mano. Con el paso del tiempo decayó mucho la venta y la estamos peleando para seguir subsistiendo, le vamos a dar lucha hasta el final y de pie", dijo Juan Carlos Rois, que es carpintero de oficio y empezó con la actividad en el 2010 con su puesto en Presidente Perón y Cervantes.

Ser diariero te permite conocer mucha gente del barrio y forjar amistades que se extienden a lo largo de los años.

Los tres coincidieron que estar al frente de un puesto de diario te brinda cosas maravillosas, como "conocer mucha gente del barrio y forjar amistades que se extienden a lo largo de los años".

"Tuve una buena vida, rodeado de gente maravillosa, y guardo un millón de anécdotas, como cuando los clientes me vienen a pagar dos veces. Es un orgullo trabajar todos los días, le estoy agradecido a los otros puesteros linderos, con quienes nos ayudamos en todo, y a Turdera, que es mi lugar en el mundo", dijo Rafael, ya sin poder aguantar las lágrimas que brotaron de sus ojos.

Me voy a ir de la parada cuando yo ya no esté en este mundo y, quizás, allá arriba también siga con los diarios.

"Me voy a ir de la parada cuando yo ya no esté en este mundo y, quizás, allá arriba también siga con los diarios", finalizó Longo.

Cabe resaltar que el Día del Canillita está relacionado a una obra de teatro que se estrenó el 4 de enero de 1904: "El sainete", escrita por Florencio Sánchez, tenía como protagonista a un repartidor de diarios al que se les veían las "canillitas" por sus pantalones cortos, por lo que se gana dicho apodo durante la actuación. Florencio Sánchez falleció un 7 de noviembre de 1910 y, a partir de 1947, se oficializó esta fecha como el día para los trabajadores del rubro.