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Pozo de Banfield: a un año del inicio del juicio, qué pasó

Lesa Humanidad. Las 45 audiencias que se realizaron hasta el momento dejaron múltiples evidencias sobre los crímenes cometidos en el centro clandestino.

El objetivo es que el próximo año haya audiencias presenciales

El objetivo es que el próximo año haya audiencias presenciales.

Hace un año arrancaba el juicio por los crímenes de lesa humanidad en el Pozo de Banfield. Las 45 audiencias que se llevaron a cabo hasta el momento dejaron múltiples evidencias sobre el funcionamiento del centro clandestino de detención, sus responsables y los múltiples delitos que cometieron.

"El responsable del Pozo de Banfield era el represor Juan Miguel Wolk. Allí funcionaba una maternidad clandestina a cargo de Jorge Antonio Bergés y también hubo presos extranjeros en el marco del Plan Cóndor. Todo esto siempre lo supimos y es muy importante que quede demostrado en un juicio a través de testimonios que ponen en valor lo ocurrido", destacó la referenta de la Mesa de Trabajo del ex Pozo de Banfield, Mimí Di Gianni.

Tras más de diez años de lucha y un camino lleno obstáculos y postergaciones, el juicio comenzó el 27 de octubre del año pasado. Sobrevivientes, familiares de desaparecidos y especialistas brindaron testimonios en audiencias virtuales. "Queremos que el juicio sea presencial a partir del año que viene y estamos avanzando para llegar a ese objetivo. Asistiremos a las audiencias y seguiremos fortaleciendo la memoria", señaló Di Gianni, quien agregó: "Además de la condena social, es imprescindible que los represores tengan la condena judicial que se merecen y que el Poder Judicial, tan injusto en muchos casos, pueda decir que esta gente es culpable".

Uno de los testimonios sobre el horror del cautiverio y el funcionamiento del Pozo de Banfield lo dio Pablo Díaz, sobreviviente de La Noche de los Lápices. "Tenía un pabellón adelante donde se sentaban los guardias y después se prolongaban dos pabellones a lo largo con baños al final. Calculo que podía haber entre 10 y 15 calabozos en los que estuvimos muchos adolescentes y mujeres embarazadas en estado avanzado. Dormíamos en el piso y hacíamos nuestras propias necesidades ahí porque no nos abrían las celdas", recordó durante su declaración del 4 de mayo.

En sus días como detenido reconoció y tuvo trato con el médico policial Jorge Bergés. "Estaba permanentemente en el Pozo y se ocupaba de las embarazadas. Para él eran una joya a las que debíamos cuidar porque tenía sumo interés en que tuvieran familia. No les importaba la madre, sino el chico", remarcó. 

Martín Ogando Montesano, que nació en el Pozo de Banfield y pudo recuperar su identidad a los 39 años, también declaró en una audiencia al igual que su abuela Delia Giovanola. Otra de las audiencias tuvo como protagonista a Miguel Santucho, quien aún busca a su hermano/a nacido/a en cautiverio.

Por su parte, especialistas del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) revelaron que hay más de 100 cuerpos enterrados como NN que no se pudieron identificar y pidieron a familiares de desaparecidos durante la dictadura que concurran a extraerse muestras de sangre.

Además, se brindaron detalles sobre la responsabilidad empresarial en los secuestros de trabajadores y hubo dos exposiciones sobre la violencia por motivos de género en el terrorismo de Estado. "Los testimonios permiten comprender que la violencia sexual y de género eran parte del plan sistemático de exterminio y una forma de disciplinamiento a mujeres que se apartaron de su rol tradicional de esposa y/o madre. En los centros clandestinos hubo abusos, violaciones, embarazos y partos clandestinos, esclavitud sexual y desnudez forzada delante de varones como forma de exposición del cuerpo de la mujer", señaló María Sonderéguer, investigadora del Centro de Estudios, Cultura y Memoria de la Universidad de Quilmes.

El centro de detención situado en la intersección de las calles Siciliano y Vernet funcionó entre 1974 y 1978. Se estima que 253 personas fueron torturadas allí, de las cuales 97 permanecen desaparecidas y unas 30 mujeres pasaron por la maternidad clandestina.

El juicio, que está unificado con el Pozo de Quilmes y El Infierno de Lanús, tiene en el banquillo a represores como Juan Miguel Wolk, Miguel Etchecolatz, Jorge Bergés y Jaime Smart, quienes son juzgados por delitos como privación ilegítima de la libertad; aplicación de tormentos; abuso sexual con acceso carnal; sustracción, retención y ocultamiento de menores; homicidio agravado: y homicidio.

Las audiencias se transmiten los martes desde las 9 por los canales de Youtube del Poder Judicial de la Nación y de La Retaguardia.