Juicio del Pozo: dos exposiciones sobre la violencia de género en dictadura
Fuertes testimonios. María Sonderéguer y Alejandra Paolini hablaron sobre los delitos sexuales cometidos en los centros clandestinos de detención.
En la décima audiencia del juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en el Pozo de Banfield, dos especialistas hablaron sobre las violencias por motivos de género en el terrorismo de Estado.
"Los testimonios permiten comprender que la violencia sexual y de género eran parte del plan sistemático de exterminio y una forma de disciplinamiento a mujeres que se apartaron de su rol tradicional de esposa y/o madre. En los centros clandestinos de detención hubo abusos, violaciones, embarazos y partos clandestinos, esclavitud sexual y desnudez forzada delante de varones como forma de exposición del cuerpo de la mujer", señaló María Sonderéguer, investigadora del Centro de Estudios, Cultura y Memoria de la Universidad de Quilmes.
Su trabajó en 2008 fue clave para que se empiece a hablar de delitos que estaban invisibilizados bajo las formas de tormento desde el Juicio a las Juntas. "Con la reapertura de los juicios nos planteamos el objetivo de pensar con perspectiva de género los nuevos testimonios que se daban en el ámbito judicial. En el Juicio a las Juntas, los delitos de violencia sexual figuraban como torturas y tormentos", indicó Sonderéguer, quien destacó "la importancia de la transformación de los sentidos comunes, los marcos interpretativos y el enfoque de género impulsados desde el feminismo".
El represor Gregorio Molina, ex jefe del centro clandestino La Cueva, fue condenado en 2010 por violaciones reiteradas. "Fue el primer fallo en el que un delito de violencia sexual fue considerado de lesa humanidad", expresó Sonderéguer, que también integra la Comisión Provincial por la Memoria.
Al momento de su exposición, la abogada Alejandra Paolini ratificó que en los procesos de juzgamiento no se relevaban los delitos sexuales y eran incluidos como torturas. Luego mostró diferentes testimonios de mujeres que formaron parte de su investigación.
"Existió un mayor ensañamiento y mayor crueldad hacia las mujeres. Las violencias sexuales se ejercían en patota, de forma reiterada y masiva con la finalidad de causar dolor, castigar y disciplinar", remarcó.
La de este martes fue la última audiencia del año. Desde el 27 de octubre, el TOF N°1 de La Plata juzga a 18 represores por delitos de lesa humanidad cometidos en los Pozos de Banfield, el de Quilmes y El Infierno. Con más de 470 testimonios, se estima que el debate podría extenderse hasta finales de 2021.