Sufrió violencia, pero hoy apuesta a emprender para salir adelante
Superación personal. Claudia Lutz actualmente vive en Teresita Casa de Mujeres y Niños, tuvo un pasado difícil, pero espera un futuro muy distinto. "Quiero estudiar para ayudar a otras mamás", dijo.
Superarse a sí misma, reponerse de un pasado oscuro y recibir ayuda de las personas que hoy la acompañan, fueron los factores determinantes para que Claudia Lutz se anime a generar un emprendimiento vinculado a la panificación.
Ella hace casi dos años que vive en Teresita Casa de Mujeres y Niños de Temperley junto a su hijita de ocho años. Llegó allí como tantas otras mujeres que sufren violencia y no tienen donde vivir. El espacio brinda contención y capacitación para mamás con sus hijos sin recursos.
Desde ese entonces hizo todo para poder juntar dinero y lograr su objetivo de ir a alquilar con su hija: "Sufrí mucho y ahora quiero estudiar para ayudar a otras mamás que la pasan mal como lo he pasado yo", dijo Claudia en diálogo con La Unión.
Se la escucha fuerte, contenta con su emprendimiento y emocionada por sentirse tan valorada por las personas que hoy la rodean.
En Teresita brindan constantemente distintos talleres para las mujeres que viven allí. Cada alternativa apunta a afianzar la autoestima y a capacitarlas de cara al futuro.
Belén, la asistente social del espacio ubicado en Temperley contó sobre Claudia que, ella se capacitó para poder llegar a crear este emprendimiento que acaba de lanzar y que le puso el nombre "Milagros de mis Manos".
"En pandemia se desarrolló un lindo taller de cocina en Teresita, pero Claudia quiso capacitarse aún más en el tema y se anotó en el curso virtual de panificación que brindó el Municipio de Lomas", manifestó Belén sobre la perseverancia de Claudia.
Según contó Claudia, siempre le gustó cocinar. Por muchos años mantuvo a sus hijos de esa forma, pero sabía que para dedicarse a vender en esta nueva etapa de su vida debía capacitarse: "Cocino todos los días y estoy feliz con este proyecto. Hago panes integrales o con harina común, bizcochos de grasa, trenzas con nueces y azúcar negra, panes saborizados y semi dulces", contó.
Pero el crecimiento personal que encara Claudia no termina allí ya que además señaló con mucho orgullo que está cursando el primer año del secundario y le gustaría terminarlo.
"Quiero terminar mis estudios porque mi idea es poder seguir capacitándome para ayudar a esas mamás desamparadas. Los chicos crecen y tienen posibilidad de sanar heridas, pero a nosotras nos cuesta cerrarlas", declaró consciente de su historia personal.
Ir a la universidad es una de las posibilidades que maneja Claudia, aunque aún la ve muy lejana, pero no imposible.
"Quiero vender muchos panes para alquiler un lugar para mí y mi hija. Ese es el objetivo más inmediato", concluyó la mujer que ha trabajado mucho en su persona para llegar a este presente: "Valoro mucho las personas que llegaron a mi vida para ayudarme".
Para comprar los panes que hace Claudia y así ayudarla a que pueda seguir por el camino que emprendió hay que comunicarse por WhatsApp o llamando al número 1139128017. Allí se reciben pedidos los miércoles y jueves y las entregas se realizan los viernes, sábados y domingos por las zonas de Temperley y Lomas de Zamora.