En bici y con cámara analógica, sale a capturar momentos en Lomas
miradas. Entre rollos de 36 fotos, Yago González anda "con el radar prendido". Los "personajes llamativos" y las personas mayores son su principal fascinación.
El encuadre, la luz y la velocidad a la hora de tomar una fotografía son cuestiones importantes a tener en cuenta, entre otro montón, y sin mencionar lo principal: la búsqueda. Yago González, un fotógrafo banfileño, captura a través del ojo de una cámara analógica aquello que llama su atención, desde un gesto a una forma de vestir.
Yago lleva la cámara colgada al cuello casi siempre, usa "la de batalla". "Si la tenés en la mochila, la foto ya se te fue entre que la sacás", manifestó en diálogo con La Unión, a la vez que confesó: "Voy con el radar prendido".
Hace seis años saca fotos, realizó algunos cursos pero no considera que en verdad, haya estudiado fotografía. Contó que sus primeros tres rollos fueron a los 12 años en San Clemente, cuando le robaba la cámara a sus abuelos. "Mucho tiempo después me di cuenta de que siempre coqueteé", planteó.
A la hora de mirar por el visor, Yago admitió que los "personajes llamativos" y las personas mayores suelen ser su principal fascinación. "La gente me seduce mas que los objetos, pero no analizo mucho el por qué", explicó.
En tanto, reveló que la vejez le genera "un montón de emociones encontradas" y sobre todo "mucha ternura". Asimismo, destacó: "Me gusta la gente que no responda a un parámetro normal. Sea su manera de vestirse, de moverse, sus rasgos".
Por su parte, contó acerca de la razón de utilizar una cámara analógica. "El folklore de sacar y revelar es único e irrepetible", subrayó, y remarcó que el resultado final, le gusta mucho más. "Una vez que lo hacés es un viaje de ida", apuntó, y enfatizó: "Acá no hay prueba y error, la foto es".
Los rollos que utiliza son de 36 fotos, es decir, que son 36 las posibilidades de captar un momento. "A veces en una semana me como un rollo entero, otras veces me dura mes y medio. Depende mucho, porque jugás con tener la cámara cargada", sostuvo.
"El mundo va muy en la suya."
Una característica que tienen sus capturas, es que son tomas espontáneas. "Es más el miedo que tiene uno de la reacción de la gente que la reacción de la gente persé", manifestó en relación a cómo es la respuesta de las personas tras verlo tomar una fotografía.
"El mundo va muy en la suya. En seis años habrán sido dos o tres veces que me preguntaron, pero cuando les contás que es rollo y no digital, empatizan", marcó.
Sobre la sensación de revelar los rollos, expresó: "Hay fotos que te acordás y hay otras que no, es un poco una sorpresa, porque aparte también una cosa es como estaba en tu cabeza y otra es como quedo plasmada".