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Piso 35, la exitosa obra que forjaron actores del Sur

sobre las tablas . Como parte del elenco, la dramaturga de Adrogué Analía Mayta y el actor lanusense Daniel Grbec analizan esta puesta que obtuvo proyección internacional. Hasta fin de mes se presenta en la sala porteña Belisario Club de Cultura.

En la oficina del piso 35, los empleados compiten por un puesto gerencial vacante. En la carrera por ascender, sucederá lo absurdo y lo inesperado. Se trata de Piso 35, una obra dirigida por Leticia Tómaz, que desde hace años recorre escenarios de distintas partes del país y del mundo. Analía Mayta, dramaturga, actriz y vecina de Adrogué, y el actor Daniel Grbec, de Lanús, analizan la puesta. Hasta fin de mes, se presenta en el Belisario Club de Cultura –en la porteña calle Corrientes 1624-, los viernes, a las 23.

HUMOR CRÍTICO. Piso 35 se presenta como un absurdo, aquel que resulta de poner en escena una realidad cotidiana que se nos vuelve ridícula a la vez: el afán desmedido y mecánico de realizar un trabajo que nos seduce con la promesa de subir un peldaño más de una escalera que no conduce a ningún lugar.

La obra, en efecto, deja en evidencia el absurdo de la existencia del ser posmoderno, generando risa al mismo tiempo que deja una sensación de que toda esa locura no difiere mucho del vacío que atraviesa a diario nuestra propia realidad.

Allí los actores construyen con humor al empleado promedio, con actuaciones altamente

caracterizadas, con una fuerte composición física, rítmica y sonora.

¿Cómo opera el recurso del humor en el planteo y desarrollo de la obra?

Analía Mayta: El humor aparece en las situaciones absurdas que propone la obra, pero que también podrían ser abordadas desde otro lugar por supuesto. En este caso nuestra directora, Leticia Tómaz tenía mucha claridad en el abordaje del absurdo y de cómo quería que las situaciones dramáticas se desarrollaran de manera tal que el humor siempre estuviera presente en el desarrollo de la obra y fuera fundamental.

¿Cómo fue el proceso de composición?

Daniel Grbec: Ya cuando me pasaron el texto para leerlo lo disfruté muchísimo. Claramente se nota que es una obra del género absurdo, que en este tipo de teatro parecería que los diálogos que se dicen son sin sentido, ilógicos, pero en realidad trata temas tales como la falta de comunicación entre las personas, la soledad, la muerte. El proceso de composición y ensayos fue muy interesante, donde hemos compartido horas maravillosas con un grupo de trabajo genial, donde desde lo onírico fuimos encontrando la esencia de la obra y  además de las interacciones de los personajes encontrando que los objetos que utilizamos formen parte de la obra también.

¿Resultó un desafío el manejo de lo corporal, rítmico y musical?

A. M: Si, claro! Para todos fue un desafío. Fue la propuesta inicial de la directora, y nosotros nos adaptamos a eso. El ritmo está presente todo el tiempo en la obra, es como una partitura de una pieza musical. Desde un inicio la obra fue planteada como un mecanismo perfecto, teníamos que entender que somos herramientas de un engranaje que tenía que funcionar en conjunto para que la obra este viva. La obra requiere que todo el tiempo tengamos una gran concentración, escucha y estar ahí presentes, no te podés relajar nunca porque sino el engranaje no funciona.

¿Cómo te interpela la propuesta, la idea de la obra?

D. G: Desde los diálogos aparentemente sin lógica y disparatados, la obra es un reflejo de la vida misma. La gente que ve Piso 35 se va muy contenta porque se divierte, y también se va pensando y se ve reflejada en la obra. Y me parece que si podemos vernos como somos, podemos luchar para ser mejores personas.

¿Y qué postura política tiene la obra, qué valor le dan a eso?

A. M: La propuesta es que pensemos un poco sobre nuestros mecanismos y sobre nosotros como personas con respecto al resto, creo yo. Más allá de que todo suceda en una oficina, los conflictos que propone la obra exceden el espacio ya que son más abarcativos en cuanto a sus problemáticas.

D. G: Vivimos en un mundo que está lleno de aparatos y medios de comunicación donde pareciera que el mundo está más socializado, pero la verdad es que el ser humano vive cada más incomunicado. A pesar de tanto Facebook, Instagram, y excelentes teléfonos con tantas aplicaciones nos estamos quedando cada vez más solos y menos solidarios con nuestros semejantes. Y eso es lo que obra de alguna manera denuncia.

El elenco lo completan Ezequiel Olazar, María Ema Mirés y Federico Torres.

CON PERSPECTIVA INTERNACIONAL. La obra obtuvo la Mención Honorífica del “Concurso de obras de teatro inédito” del Fondo Nacional de las Artes, 2012; fue seleccionada para participar del “International Tact Festival” Trieste, Italia, 2018; y participó de una gira europea por Liubliana (Eslovenia), Berlín (Alemania), Dublín (Irlanda), Barcelona (España), en 2018. También fue declarada de Interés Cultural por el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, Argentina.

Más info en https://www.facebook.com/Piso35.Tea

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