Temperley ganó en Bahía Blanca y mantiene en alto el sueño del Reducido
GRAN VICTORIA PARA EL CELESTE. El Gasolero, que golpeó en el inicio y en el final del partido, venció por 2-0 a Olimpo y cortó una racha de tres partidos sin ganar. Con esto, se pone en carrera en la pelea por el segundo ascenso.
Necesitaba ganar. Y Temperley cumplió. Sacó pecho en Bahía Blanca para volver a prenderse en la lucha por el Reducido y logró un valioso triunfo ante Olimpo. Con autoridad, lo venció por 2-0 y mantiene en alto el sueño del segundo ascenso a la Superliga.
En un partido de trámite parejo, y con varias imprecisiones de ambos lados, el Gasolero hizo gala de su eficacia y le puso fin a una racha de tres partidos sin poder ganar, con un gol en el amanecer y otro en el cierre del encuentro.
El Celeste aprovechó la primera y acomodó todo a su favor: Mancinelli recibió un pase largo, le ganó en velocidad a Ferreyra y asistió -con gran precisión- a Magnín para que éste, de cabeza, ponga el 1-0.
Ese gol tempranero le permitió jugar tranquilo, ordenado y sin la necesidad de desprender muchos jugadores en ataque. Sin embargo, se retrasó mucho en su campo y dejó muy sólo a Magnín para la contra. Y eso dejó crecer al Aurinegro, que tuvo sus situaciones de peligro y transformó a Campodónico (Castro no jugó por un estado gripal) en la gran figura, especialmente por cuatro atajadas: dos a Gallego y otras a Lacunza y Argüello.
El Celeste, en ese contexto, mostró falencias en defensa y también evidenció problemas para liquidar la historia, especialmente en el complemento cuando el local, en busca del empate, dejó muchos espacios libres. No pudieron Magnín y Mazur, pero sí Brum, que puso el 2-0 en tiempo cumplido y cerró la historia en Bahía Blanca con un lindo gol.
Así, el Celeste cortó la malaria de los últimos tres encuentros y, con autoridad y un valioso triunfo, se prendió de nuevo en la pelea por el segundo ascenso a la Superliga.