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Karalitzky y el deseo de volver al gimnasio

Pandemia y deportes. A horas de la presentación de un protocolo sanitario por parte de la FAB, el boxeador local se refirió a la ansiedad por regresar al entrenamiento normal y por subir al ring.

En las últimas horas, la Federación Argentina de Boxeo presentó un protocolo sanitario para que los púgiles puedan ir volviendo a los gimnasios y a la actividad más propia de la disciplina. Aún sin autorización oficial, todos esperan ansiosos. Entre ellos, el local Marcos Karalitzky.

El boxeador de Temperley cumplió esta semana dos meses sin guantear ni tener contacto físico con su cuerpo técnico, respetando el aislamiento que marcan las autoridades sanitarias. Pero en su interior, el deseo es que este protocolo sea el inicio del regreso al deporte con normalidad. “Pienso que todos deseamos poder volver. Hay que ver cómo sigue la cantidad de casos y entiendo que lo prioritario debe ser la salud pero tal vez tomando los recaudos necesarios se pueda. De alguna forma tenemos que volver”, marcó como una muestra de deseo.

Entre algunas de las medidas que propone el protocolo, se destacan el uso de barbijo y guantes de látex para las personas a cargo del entrenamiento, además de mantener higiene personal y distancia. También la limpieza de todos los elementos que fueran utilizados y evitar el contacto con los elementos comunes en las instalaciones en puertas, barandas, máquinas, barras, bolsas y demás. Cada persona deberá usar su propio equipamiento para su sesión de entrenamiento y no se podrán compartir toallas, botellas ni otros elementos.

Mientras espera la aprobación del ministerio, el Comandante trabaja en su casa aunque, claro está, en un deporte de dos, no es lo mismo entrenar solo. “Uno como boxeador lo que más necesita es pelear y guantear. Yo estoy entrenando la parte física y lo técnico/táctico con una bolsa pero no es lo mismo. El guanteo con otro te muestra cómo venís, cómo estás”, expresó. “Yo pienso que haciendo hisopados a deportistas, árbitros y todo el personal que interviene en una pelea se puede volver. Al menos que se hagan eventos televisados, que se empiece a mover el deporte a nivel nacional”, indicó.

En las actividades deportivas, la parte física y la parte emocional tienen prácticamente el mismo peso. Hoy por hoy, lo mental se ve claramente afectado por la imposibilidad de solucionarlo. “Al tener mi gimnasio propio (en el Barrio La Perla), el primer mes me llevé barras y mancuernas a mi casa para hacer la parte física y la bolsa para lo técnico/táctico. Pero rápidamente sentí la ausencia de Rubén Paniagua que es mi técnico y de Sergio Canseco, que es mi preparador físico. Hablo con ellos por WhatsApp y me mandan trabajos y rutinas pero no es lo mismo. Se extraña el gimnasio, el contacto, boxear y guantear”, lamentó.

Y contó los vaivenes emocionales que se sufren. “Tuve unas dos primeras semanas entrenando a full y después sufrí dos semanas de bajón en las que no quería hacer nada. Por suerte levanté de vuelta y ahora entreno todos los días y algunos hasta en doble turno”. Karalitzky se vio afectado de manera directa desde el inicio de la cuarentena ya que el 21 de marzo tenía pactada una pelea en Canadá para la cual se había preparado durante varias semanas.

EN EL ROL DOCENTE. Karalitzky entrena boxeadores y es parte del team del Municipio. Durante la cuarentena implementó los entrenamientos virtuales personalizados con sus alumnos a través de WhatsApp, Zoom y Facebook y también participó de vivos en Instagram de la cuenta de Deportes Lomas. Si bien en el aspecto personal no lo convence tanto, en el rol docente le encontró un mejor uso a los videos. “Junto a Yanina González, mi pareja que es profesora de Funcional, dimos clases en vivo y entrenamos a otra pareja. Pensé que no iba a resultar mucho lo de las clases online pero está muy bueno para mantener el contacto con los chicos en esta etapa. Se pueden dar buenos conceptos, corregir técnica, el frente a frente para mejorar defensa, ataque, contragolpes”, desta

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