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El Club Villa Independencia le pone el pecho a la situación

En medio de la pandemia. Sin actividad oficial, colaboran con los vecinos organizando ollas populares y acercando bolsones con comida. Un veterano de Malvinas encabeza las acciones y cuenta el parecido entre este encierro y sus días en la trinchera.

Al igual que ocurre en otros clubes de barrio en toda la ciudad, Villa Independencia debió cerrar sus puertas a mediados de marzo con el inicio de la cuarentena obligatoria.

Con tantos días sin actividad, la situación económica se empieza a convertir en algo más delicado, pero no los corre del eje principal: ser un sostén para los vecinos del barrio. En colaboración con distintas organizaciones y grupos de gente solidaria, los miércoles y los viernes reparten comida y hasta organizan ollas populares.

“El viernes al mediodía, un grupo de hinchas de Los Andes va a hacer una olla popular en la puerta del club. Y después por medio de CTEP entregamos alimentos que se van consiguiendo como facturas, pan, galletitas, leche. Además, cuando se puede conseguir un bolsón de mercadería, también se reparte entre los chicos del barrio. El club está en una zona humilde y con vecinos que tienen muchas necesidades, así que tratamos de dar una mano desde donde se puede”, contó Juan Carlos Peralta, expresidente y actual integrante de la Comisión Directiva del club.

El Coronavirus y el parate casi total de la actividad laboral complicaron el panorama para muchos trabajadores de la zona. Y el club no está exento. “La situación acá es complicada como en todos lados. Al no haber actividad, no hay ingresos. Con las cuotas de algunos socios que vienen y pagan estamos sosteniendo los servicios que, por suerte, ahora son mínimos porque no se usa luz, agua o gas. Nosotros estábamos poniendo los papeles en regla en La Plata, trabajando mucho por eso, y ahora nos tocó atravesar esta situación así que quedamos a la espera”, resaltó.

Villa Independencia es un club con tradición y está fuertemente aferrado al barrio. Cuentan con escuela primaria y secundaria para adultos, hóckey masculino y femenino, fútbol infantil masculino y femenino, clases de Zumba, defensa personal y otras actividades. “Acá no se les cobra a los chicos para jugar, vienen y lo hacen. Estábamos armando campeonatos de fútbol los domingos para juntar plata para comprarles la ropa a todas las categorías o a algún chico si le faltan botines; las madres estaban haciendo kermés, llevan tortas a los partidos y hacen rifas. Los clubes de barrio siempre nos manejamos así, poniéndole el pecho y siendo solidarios”, indicó Peralta.

TRINCHERAS Y CUARENTENA. En su rol de referente barrial, Peralta también es un héroe nacional y lomense. En 1982 combatió en las trincheras contra los ingleses defendiendo el territorio en las Islas Malvinas. “Yo trato de darle un mensaje muy claro a la gente: nosotros estuvimos guardados en un pozo lleno de agua, con frío, lluvia, hambre, sin ropa, húmedos y esperando una bomba que cayera en cualquier momento. Así pudimos aguantar 70 días, más los días de prisionero y lo que fue el regreso. Esta cuarentena es un lujo. Hoy acá tenemos internet, celular, televisión, Netflix, todas las tecnologías a mi disposición. Tengo a mis afectos cerca, un patio grande, un perro, estoy libre en mi casa más allá de no salir”, remarcó.

Siguiendo esta línea, agregó: “Son dos cosas distintas la trinchera y la cuarentena, pero aquello te enseña a sobrellevar situaciones límite como ésta. Hay mucha gente que no lo pasó y les cuesta mucho, pero nosotros sufrimos el encierro cuando éramos pibes. La relación es directa con esta situación. No sabíamos cuándo nos íbamos a morir porque caía una bomba en ese pozo y se terminaba tu historia. Allá los aviones bombardeaban de día y los barcos tiraban a la noche. Acá la situación es diferente: si sos responsable y hacés las cosas como corresponde, no corrés tan altos riesgos, simplemente hay que tener los cuidados que nos piden”.

Y por último, a la par de un video que se publicó en estos días en conmemoración del 2 de abril, Peralta dejó un mensaje claro: “Hace 38 años, la guerra de Malvinas nos costó 632 vidas. Hoy les pedimos que esta guerra contra el Coronavirus no nos cueste más. Quedate en tu casa

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