En el último año se duplicó el cierre de comercios en Avellaneda
Por la crisis y la caída en las ventas. Según datos oficiales, entre 2018 y 2019 se tramitaron 908 habilitaciones comerciales y 1300 pedidos de baja.
Los locales vacíos, con las persianas bajas o carteles de venta colgados en el frente, se convirtieron en parte del paisaje cotidiano en los centros comerciales de Avellaneda. Por la fuerte caída en las ventas, en el último año se duplicó el cierre de negocios en todas las localidades del Partido, según datos publicados este miércoles por el Municipio.
Por primera vez desde 2013, los pedidos de baja superaron casi en un 45% a las altas de habilitación, cuando usualmente ese porcentaje en general siempre fue al revés. Entre 2018 y 2019, por caso, se tramitaron 908 altas y 1300 cierres, un reflejo de la difícil situación que se encuentran atravesando los comercios minoristas desde hace dos años.
En agosto, las ventas en los locales pyme experimentaron un desplome del 18,6%, según datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Los rubros más castigados fueron los de calzado y marroquinería (-22,3), joyería y relojería (-21,9%), farmacia, perfumería y cosmética (-21,4%) y bazar y regalos (21,2%).
“Según estadísticas oficiales, los últimos dos años muestran de forma concreta la dura realidad que viven los comerciantes de nuestra ciudad, como consecuencia de las políticas de ajuste del modelo nacional, el consecuente derrumbe del consumo y el aumento sin freno de las tarifas de servicios”, explicaron desde la Municipalidad.
Las Cámaras de Comercio locales en múltiples oportunidades advirtieron la crítica situación que viven. “Esta situación es asfixiante”, señalaron desde la Cámara de Comerciantes, Productores y Afines de Avellaneda y para que la situación cambie pidieron un cambio de modelo económico o políticas que apuesten al consumo interno.
En un comunicado que lanzaron tiempo atrás precisaron: “Solicitamos al Gobierno nacional -único responsable- que garantice que el sacrificio de toda nuestra vida no se siga jugando en la timba financiera internacional y que podamos volver en paz al camino del desarrollo del mercado interno con producción nacional e inclusión social