En el Cilindro solo faltaron goles
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Racing e Independiente jugaron un clásico vibrante y parejo. El local apuró sobre el epílogo y convirtió en figura a Campaña. Con el empate, el Rojo quedó a cuatro unidades de los líderes.
Más allá de las cuestiones tácticas, de las necesidades de Independiente por llegar con chances al final del campeonato, o los compromisos de Racing por la Copa Libertadores, el clásico de Avellaneda tiene siempre connotaciones especiales, con una vibración tremenda que nos atrapa a todos y nos hace sentir ese cosquilleo hermoso del fútbol, donde nadie se guarda nada.
Parecía que Facundo Sava había acertado en la estructura defensiva, con Cabral encima de Rigoni, dejando a Nicolás Sánchez un poco más suelto. De este modo, juntando a Vismara y Aued lograba reducirle el terreno a Aquino y Méndez.
A los 7 minutos, Gastón Díaz se desprendió sobre la derecha y De Paul avisó. La respuesta no tardó en llegar, cuando el Marciano Ortíz ingresó en diagonal en el área y su remate se fue por poco, cerca del parante izquierdo.
Los visitantes, paulatinamente ganaron el mediocampo, por el manejo de Cristian Rodríguez, la potencia y el temperamento de Leandro Fernández, que de chilena casi abre el marcador a los 16 minutos. Luego, el partido se tornó tedioso, enredado y con falta de claridad.
De regreso en el segundo, la visita estaba obligada a arriesgar más (el ingreso de Vera primero y Denis luego, lo denunciaba). Esa actitud, la convicción ofensiva y la garra que se le pedía para ganar partidos difíciles, tenía que emerger.
Rigoni probó de media distancia a los 12 minutos, Saja tapó una entrada de Fernández a los 21 minutos y a Benítez a los 41 minutos. Cabral, Aued y Lisandro López, también, tuvieron sus chances para el local. Sin embargo, ninguno logró volcar a su favor el resultado, por más que pasaron momentos adversos en un trámite cambiante.