Con una goleada, Banfield cortó un pesado maleficio
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El Taladro se lució ante Central, lo venció por 4-0 y le puso fin a una racha de 63 años sin ganarle de visitante. Cvitanich fue la gran figura.
Banfield regresó de Rosario no sólo con la alegría de haber sumado su tercera victoria en la Superliga (en cuatro partidos), sino también con la satisfacción de haber cortado una pasada racha negativa.
Es que el Taladro volvió a sonreír en el Gigante de Arroyito después de 63 años sin poder hacerlo y se trajo un valioso triunfo. Y lo que resalta aún más lo conseguido, es de qué manera lo logró.
El equipo de Falcioni fue letal y goleó a Central por 4 a 0, con un Cvitanich intratable (anotó dos goles y superó la barrera de los 50 festejos en el Taladro) y un sólido trabajo colectivo de todo el equipo.
El Taladro no tuvo fisuras ante el Canalla, lo fue triturando de a poco y se quedó con una victoria que se hacía esperar desde 1954. Y en su camino triunfal, el gol de Cvitanich, a los 20 minutos, que significó su gol 50 con la camiseta albiverde, facilitó los planes de un equipo que sabe defender muy bien la diferencia que consigue y tiene en claro cómo aprovechar la desesperación del rival.
El Taladro es un equipo práctico, contundente, y que cuando golpea, es difícil doblegarlo. Por eso, teniendo en cuenta sus antecedentes, el segundo gol de Cvitanich, que transformó en gol un penal (dudoso) contra Bertolo a los 30 minutos del primer tiempo, allanó el camino a la victoria.
Central, que llegaba al partido de ayer con la necesidad de obtener una victoria, sintió los dos golpes que le propinó el Taladro y le costó reacomodarse en el campo, viéndose superado en varios aspectos del juego. El Taladro se defendió muy bien con la ventaja conseguida y en la primera que tuvo en el complemento, liquidó la historia.
A los 12, tras un pelotazo, Cvitanich le ganó la posición a Leguizamón, se metió al área y asistió a Mouche, que definió esquinado y cerró la historia a favor del elenco conducido por Julio Falcioni.
Los minutos restantes estuvieron de más. Central quedó muy golpeado, con escasas fuerzas para buscar algo heroico y por lo que había hecho poco en los instantes previos. Todo quedó a merced de Banfield, que manejó con tranquilidad la ventaja y, a los 33, le puso cifras definitivas al partido con un lindo gol de Sperduti, luego de una buena contra que inició Cvitanich y que continuó Mouche.
Banfield se floreó, goleó a domicilio a un rival difícil y le puso fin a un maleficio que se prolongó por 63 a