Inocentes juguetitos

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Una vez más, y de un modo exageradamente habitual, Netflix se apoderó de lo que veo en la pantalla de mi televisor. Lo que en principio parecía naive e incluso divertido, ahora, perfectamente direccionado a través de inexplicables algoritmos, hace que cada vez que encienda la tele -algo que no pasa muy seguido-, caiga en las garras de la oferta que propone la cadena de películas y series más popular del planeta.

Así fue como me topé con “The toys that made us” (algo así como ‘Los juguetes que nos hicieron’), una serie documental que intenta -y logra- explicar en ocho capítulos de aproximadamente una hora cada uno, cómo la industria de los juguetes -en general- y de las figuras de acción -en particular- tuvo un crack definitivo hacia fines de la década del ’70.

Por entonces todo era terreno fértil. Muchísimas de las cosas que hoy usamos de forma habitual e inconsciente no existían hace algunos años atrás.

Considerando en una escala histórica, 40 años no son tantos. Todo arranca con la llegada de Star Wars, la obra máxima de George Lucas, quizás la saga más famosa de la historia del cine y, sin dudas, un fenómeno que trasciende lo cultural y llega a involucrarse con la filosofía.

En ese contexto, el bueno de Lucas tenía bajo su manga un guion que entendía como revolucionario y, sabía, necesitaba que una empresa le fabricase las figuras de acción de los personajes de sus películas.

Acotado por los plazos y quizás por falta de entusiasmo, jugueteras del tamaño de Mattel o Hasbro le bajaron el pulgar y fue así como terminó cerrando un acuerdo con Kenner, una fábrica de juguetes de Cincinatti que vio cómo, de la noche a la mañana, su patrimonio crecía de forma agigantada.

The toys that made us cuenta la trastienda del nacimiento de una industria que tuvo su pico a fines de los ’70 y principios de los ’80 y que vivió muchísimos vaivenes hasta la actualidad, donde la mayoría de los chicos esquiva jugar de la forma en la cual crecieron sus padres.

De G.I. Joe a Skeletor, de R2D2 a Barbie. Sin dudas, contar la historia de los juguetes que nos acompañaron durante la infancia -y algunos años de la pubertad- es, sin dudas, contar un poco quiénes fuimos, quiénes somos. Eso se propone The toys that made us, y es eso lo que logra.

Por Ignacio Merlo

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