Se-pa-ran-do en sí-la-bas

Por lo general, no se habla separando en sílabas, es más lógico hablar de corrido y listo, como corresponde. Además, nos mirarían como si estuviésemos menos cuerdos de lo que podemos estar si parlamos de esa forma.

Quizás, en un intento vano, le hablemos a un turista sueco que nos cruzamos en la calle Florida de esta forma, creyendo que nos va a entender de esa manera, mientras que este muchacho escandinavo nos mira sin comprender ni jota cuando le indicamos dónde queda la Plaza de Mayo con un “que-da pa-ra e-se la-do”, con la indicación gestual incluida.

Ahora bien, en la escuela sí se habla en determinadas circunstancias separando en sílabas y esto no es nada raro y no asusta a nadie, hasta puede ser el pan de cada día. Incluso, hasta se explica esto en la clase de Lengua en los primeros años de la primaria.

No es lo mismo, seamos sinceros, que la docente pida “Orden”, que “Or-den” tiene otra fuerza de esta forma. Lo mismo ocurre con un profe que clama “¡Silencio!, que con ¡Si-len-cio” cobra una potencia distinta.

“Comenzamos la clase” es medio tibio, ningún alumno le da bola a esa orden ni a ahí. Ahora bien, un “Co-men-za-mos la cla-se” es otra cosa, es la posta, es la que vale. Los pibes saben que ya es momento y que la separación en sílabas no es moco de pavo.

Lógico que la separación en sílabas no viene sola.

El combo se completa con un gesto serio y hasta frunciendo el ceño, no se separa en sílabas en medio de carcajadas o con una sonrisa, ni nada que se le parezca. También se suma un movimiento corporal, en especial acompasado con los brazos y las manos.

Para quienes tengan algunos años encima, nunca olvidarán un “to-men dis-tan-cia”, casi con tono marcial. O el “pa-sen a las au-las”, por ejemplo.

Incluso, esta forma extraña de hablar se pasaba a las alumnas y a los alumnos con su clásico saludo de “Bue-nos dí-as se-ño-ri-ta”, que se separaba en sílabas con una candencia que siempre sonaba igual, desde tiempos inmemoriales. Lo mismo pasaba con el ingreso de una autoridad al curso: “Bue-nos dí-as di-rec-to-ra”.

Como tantas otras cuestiones, esto de separar las sílabas se queda en la escuela y luego no se habla de esa forma ni bien se pisa la vereda de la institución, ni siquiera hace falta llegar hasta la esquina para cambiar el chip.

La escuela tiene sus paréntesis, cuestiones que quedan ahí y de las que no se puede salir ni entrar, y la se-pa-ra-ción en sí-la-bas es una de el