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"La cuarentena saca lo peor de la gente mala, crean fantasmas donde no los hay"

UN INSÓLITO CASO EN MEDIO DE LA PANDEMIA. Una vecina de Monte Grande, enfermera del Hospital Italiano, relató todo lo que tuvo que vivir porque un vecino de su edificio la acusó falsamente de violar la cuarentena y tener Coronavirus. "La cuarentena saca lo peor de la gente mala", dice.

"La cuarentena saca lo peor de la gente mala. Crean fantasmas donde no los hay." Quien habla, con mucho dolor, es María Eugenia Díaz, enfermera del Hospital Italiano. Esta profesional, días atrás, tuvo que atravesar un momento muy angustiante. Sus vecinos la acusaron falsamente de tener Coronavirus, de violar la cuarentena y la quisieron escrachar.

Indignada por todo lo que tuvo que pasar, la mujer de 35 años publicó en su cuenta de Facebook todo lo que vivió: "Llego a casa, aproximadamente a las 9.30, y me encuentro con los mensajes debajo de la puerta. Llamo al administrador y me dice que tiene quejas de que no estoy cumpliendo la cuarentena, que estuve internada y enferma".

La situación la sorprendió. "(Decían) que estuve internada y enferma. Que me habían operado y que soy persona de riesgo por trabajar en salud", relató. Durante la charla con el encargado del edificio tuvo que explicar que "todo era mentira", que no cumplía la cuarentena por ser personal de salud y que le gustaría quedarse en su casa, como el resto.

Todo esto le generó mucha bronca. "¿Adónde quieren llegar con todo esto?", se preguntó.

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"Si salgo de mi casa no es por gusto o porque sea una inconsciente que no cumple la ley. Salgo como todo personal sanitario a cuidar de ustedes. Pero, evidentemente, existe gente que el encierro le afecta el cerebro y crean fantasmas donde no los hay. Lamentablemente es la misma gente que cuando se enferma viene a pedirte ayuda", sentenció.

Los días de María Eugenia hoy no son nada fáciles. Sale a las 18.30 de su casa, para poder llegar "con suerte" a las 21 al hospital. Allí trabaja toda la noche hasta la mañana. La vuelta a casa es un infierno. Espera cerca de tres o cuadtro colectivos, rogando que  alguno frene. Luego llega a la estación Constitución, donde tiene que hacer fila para presentar el permiso de circulación, y recién después de pasar todo eso, tomar el tren.

Llega a su casa de día, totalmente agotada. Y encima tiene que lidiar con cosas así. "La verdad no sé quién me dejó la nota, ni qué es lo que quieren. Pero entiendo que es una forma cobarde de pedirme que no transite aéreas comunes", consideró.

No es la primera profesional de la salud que denuncia que le ocurrió algo así. Ya se registraron varios casos en distintas zonas del Conurbano y la Ciudad de Buenos Aires.

Al respecto, la vecina admite que todo le "da mucha bronca". Porque sostiene: "Si fuera verdad que estoy enferma, deberían preguntarme cómo estoy o si necesito algo".

Hasta el momento, el responsable de la nota no apareció, y el clima en el edificio Solanas de Monte Grande es enrarecido. Mientras tanto, Eugenia sigue saliendo de su casa todos los días a la tarde y viaja tres horas para llegar al hospital, donde se dedica a cuidar ge

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